Barceló y HIP (Blackstone) reclaman un ‘plan renove’ para los hoteles

Pese al momento crítico, con cierre de hoteles, agencias y turoperadores, por no hablar de las aerolíneas, los profesionales del sector coinciden en una certeza: el turismo es un “sector de clarísimo futuro” pero, sin fecha de vuelta, ni fórmulas mágicas para sobrevivir a los difíciles años que se avecinan, la cuestión es cuánto tiempo pueden aguantar operadores y propietarios. Barceló Hotel Group y HIP -la plataforma hotelera de Blackstone– apuestan por un plan renove para los hoteles: aprovechar el parón para implementar transformaciones necesarias y acelerar la llegada de un turismo fortalecido.

El consejero delegado para EMEA (Europa, Oriente Medio y África) de Grupo Barceló, Raúl González, atendía a la llamada del Grupo Hotusa, para participar esta semana en otra de las sesiones del ciclo ‘Salvemos el Turismo’ iniciado este verano. En este marco, el directivo de Barceló describía cómo en el sector “hemos tocado fondo”, en consecuencia, la buena noticia es que “ya sólo cabe mejorar”. La cuestión sería “no quedarnos mucho tiempo en el fondo”, y equiparaba la situación de los hoteles con la que experimenta el sector de la automoción: “se habla de un desplome del sector del automóvil, por una caída del 21%, nosotros firmaríamos por un desplome hasta del doble”.

Por eso, hasta que llegue la ansiada recuperación, que llegará a la industria turística española más consolidada y mejor posicionada en el mundo, González aboga por un plan de incentivos del Gobierno, a modo del planteado para el ámbito de la automoción. Se trataría de un plan renove con dos vertientes. Por un lado, “para potenciar la demanda”, es decir, “son importantes los bonos turísticos” y, en este sentido, “igual que se hace un plan renove para que la gente cambie de coche, convendría incentivar el consumo de hoteles”, explica el responsable de Barceló. Por otro lado, la segunda vertiente de ese plan renove dirigiría sus esfuerzos a favorecer las reformas de los hoteles.

Desde el punto de vista de los propietarios de activos hoteleros, Alejandro Hernández-Puértolas, consejero delegado de HIP (Blackstone), que pronosticaba “entre 12 y 18 meses más de incertidumbre”, también defendía “la transformación de los activos” hacia “nuevos modelos, bajo marcas y con criterios de eficiencia energética y transformación digital”. Transcurrido ese tiempo, en el horizonte de 2022, los inversores empezarán a mover ficha. Por eso, se trata de una estrategia que debía ocupar “una de las prioridades de los fondos europeos que recibirá España, para contribuir al aumento de la competitividad”, cuando llegue el momento de reactivación del sector.

¿ACELERAR LA TRANSFORMACIÓN O PRESERVAR CAJA?

Ante el debate abierto sobre la mejor manera de optimizar esta fase de impás, por el descenso forzoso de la actividad, surge la disyuntiva entre acelerar la reclamada transformación de los activos o preservar caja a la espera de tiempos mejores. Ambos profesionales del sector se decantan por la primera opción: “reformar si hay capacidad de aguante”, porque “no hay casi ocupación, los precios están más bajos”, y todo ello “basado en el convencimiento de que pasados unos años esto va a repuntar”, comentaba el directivo de Barceló, aunque reconocía que “es muy complicado invertir cuando las cosas van mal y con proyecciones pesimistas”.

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Partiendo de la base de que sin generar caja decantarse por la inversión no resulta a priori una decisión fácil, también Hernández-Puértolas se mostraba convencido de que “hay que aprovechar el momento para transformar, si tienes la caja para hacerlo, durante 2021 y 2022”, porque “no habrá mejor momento”. Este 2020, aún habiendo frenado un poco la actividad, hemos invertido una cantidad significativa en la transformación de activos, “antes de que la tendencia acelerada a la normalidad cambie las condiciones”.

Hernández-Puértolas consideraba que lo que hay que tener “muy claro” es “dónde se invierte”, porque hay “destinos tradicionales y maduros, y también activos con una situación determinada, donde la recuperación va a llegar antes”. En este sentido el directivo advertía también del riesgo de “llegar excesivamente pronto”, a esta transformación, porque “tampoco es bueno”.

La diferencia con otras crisis económicas o financieras es que la derivada del coronavirus es una “crisis de movilidad” por eso, “de los 140.000 M€ que percibirá España del fondo europeo de recuperación, se tendrá que asignar al turismo la parte que le corresponda, como un sector con mucho futuro pero con un presente terriblemente complicado”, reclamaba el responsable de Barceló.

El problema, ahora, es saber cuando terminará ese terrible presente y llegará el momento, a partir del cual tendrá sentido empezar a invertir. “Hay duda de cuándo entrar, el ‘equity’ (capital) se está preparando, y detrás del ‘equity’ vendrá la deuda”, decía el máximo responsable de la filial de Blackstone, Hotel Investment Partners.

AYUDAS PARA UN SECTOR ESTRATÉGICO

En el cierre del encuentro virtual, el presidente del Grupo Hotusa, Amancio López, insistía en una implicación directa del Ejecutivo con el sector con medias muy concretas a corto plazo: mantener los ERTE más allá de la pandemia, prorrogar los préstamos ICO a seis, siete u ocho años, conceder un IVA especial (reducido o superreducido) y facilitar el aplazamiento de impuestos.

A largo plazo, el turismo español, “el más competitivo del mundo” supone “una cuota de mercado mundial del 7% y del 3% de las empresas españolas que gestionan su actividad en el exterior”. Por eso, López recuerda que “cuando se menosprecia el sector se ocasiona un efecto de arrastre de las empresas que prestan servicios” alrededor del turismo.

María Castañeda
María Castañeda
Redactora de MERCA2 de empresas y economía; especializada en energía, sostenibilidad y turismo.