El extraño caso del ‘scrip dividend’ menguante del Banco Santander

Llegó a su zénit en 2013. En 2014, el modelo parecía agotado. Llegado el 2015, los gigantes pactaron su final a dos años vista. Por sorpresa, en 2016 creció con fuerza de nuevo y este año todavía está vigente en un número amplio de cotizadas, siendo extraño el caso de Banco Santander. La montaña rusa del modelo ‘scrip dividend’ parece todavía seguir bien engrasada.

Otoño época de dividendos. El mercado español ha comenzado a moverse en uno de los bailes que más gustan a los inversores, posicionarse para cazar dividendos. En los próximos dos meses y medio hasta un 43% del selectivo español va a ofrecer a sus más fieles inversores un pago, en efectivo o acciones. Entre ellas, figuran muchas de las grandes del Ibex como Banco Santander, Inditex, Ferrovial, Abertis, Telefónica o Sabadell.

Todavía hay tiempo para posicionarse en la mayoría de ellas. En otras, el tiempo se agota como en es el caso del Banco Santander: este martes es la fecha límite para poder acceder al dividendo que repartirá el próximo 3 de noviembre. Además, es el único de los cuatro pagos que realizará que permite acogerse a la modalidad del ‘scrip dividend’.

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Resulta paradójico que sea Banco Santander, el primero en introducirlo en España, uno de los más fervientes partidarios de acabar con él. O quizás no. El ‘scrip dividend’ en su formato más conservador está visto como un modelo que preserva el capital de la empresa y en especial los flujos. Funciona como elemento de contención de salida de efectivo, al eliminar el pago directo monetario, sin una contrapartida real en las cuentas de la empresa.

En épocas de crisis, este formato parece el más idóneo al reforzar capital, a través de reservas, en la empresa. Lo que en principio parece una gran ventaja, acaba por no serlo. El valor se diluye con cada pago en acciones. El beneficio que otorga en balance y flujos, lo pierde en el valor de mercado y pierde la confianza de los inversores. Quizás por no convencer al inversor más tradicional que busca dividendos en efectivo, o acaso porque el valor se disuelve. Aunque probablemente sea por una mezcla de ambas.

La realidad es que Banco Santander ha pasado de máximos de 7,4 euros por acción allá por 2013, a un valor de 5,6 euros por acción. Además, apenas ha sobrepasado en alguna sesión los 6 euros por acción en los últimos años. Todo ello, mientras el número de acciones ha crecido cerca de un 50%.

El mandato de la presidenta del banco, Ana Botín, se inició con una idea clara que era volver apostar por el dividendo en efectivo. La realidad, es que el Santander está haciendo todo lo posible por llevarlo a cabo. En los últimos años ha reducido el pago en efectivo a cambio de ofrecer más pagos obligatorios en efectivo, ahora solo se pueden acoger al scrip dividend en uno de los cuatro pagos.

Otros gigantes del selectivo parecen seguir al Santander en su entierro del scrip dividend, entre ellos: La Caixa que en 2015 se comprometió a una eliminación gradual que ha cumplido, aunque con cierto retraso. En 2016, solo un 25% del pago se podía hacer a través del modelo scrip dividend. El BBVA, a través de su presidente Francisco González, también se comprometió a apostar por el dividendo efectivo, aunque de momento se permite utilizarlo en un 50% de los pagos. Telefónica eliminó este tipo de pagos, y solo lleva a cabo dos en efectivo.

Las eléctricas dan un paso atrás

En plena oleada por apuntillar al ‘scrip dividend’, dos empresas energéticas fueron las más enérgicas: Gas Natural y Repsol. La primera, la eliminó como sistema de dividendos en 2014. La segunda, preveía para este 2015 tener el scrip dividend como algo residual. Años después, Gas Natural permite acogerse a esta práctica con el 100% del dividendo y en Repsol funciona con total normalidad. ¿Tan mal van las cosas?

Cómo se ha explicado, está formula permite reducir las salidas reales de caja y ayuda a dulcificar los flujos. No es ningún secreto que las energéticas españolas tienen una generación de caja muy pobre, y la posibilidad del scrip dividend disimula está situación. Además, las energéticas a diferencia de la banca en los últimos años han mantenido una evolución favorable bursátil. Por tanto, la idea del castigo bursátil es rentable frente a disimular unos mejores flujos de caja.

Por ello, las energéticas como Gas Natural, Iberdrola o Repsol decidieron en 2016 que el 100% de sus dividendos serían a través del ‘scrip dividend’. En 2017, parecen repetir la tendencia, y es que en los mercados nunca llueve a gusto de todos.

Pedro Ruiz
Pedro Ruiz
Colaborador de MERCA2