Banco Sabadell vendió 4.000 M€ de deuda española para sufragar el ERE a su plantilla

Los últimos meses del 2020 para Banco Sabadell fueron frenéticos. La entidad tuvo que acometer distintos ajustes de última hora para cuadrar sus cuentas y apuntalar su solvencia. La más importante fue la aprobación de una reestructuración de su plantilla mediante la salida de unas 1.800 personas. Pero también se vio obligada a ejecutar distintas ventas de carteras tóxicas, en los últimos días del año, para presentar una morosidad y tasa de capital aceptable por el mercado. Unas operaciones que se pudieron llevar a cabo gracias a la venta de más de 4.000 millones en bonos españoles y portugueses.

Así, la entidad que preside Josep Oliu señala (en sus cuentas recién publicadas) como «en el último trimestre del ejercicio 2020, el grupo ha vendido instrumentos de deuda emitidos por España y Portugal que tenían un importe en libros por valor de 4.032 millones de euros (…) con el objetivo de preservar la solvencia del banco en el marco de un conjunto de actuaciones realizadas para mejorar la rentabilidad futura y la calidad del balance». Unas operaciones que han incluido «la enajenación de determinadas carteras financieras deterioradas o el acuerdo de prejubilaciones incentivadas».

Aunque no fueron las únicas desinversiones en deuda que hizo el banco en 2020. De hecho, en marzo el Sabadell se vio obligado a desprenderse de 2.835 millones de bonos italianos debido por las tensiones en el mercado de deuda. Así, la firma catalana explica que la venta se debió al “incremento del riesgo” en el país una vez que el covid-19 apareció en la región norte del país. Pese a ello, la entidad todavía mantenía a cierre de 2020 algo más de 2.700 millones invertidos en deuda italiana.  

BANCO SABADELL ASUME UN COSTE DE 305 M€ POR EL ERE

Las medidas en el caso de la venta de la deuda española fueron diferentes. Banco Sabadell explica que las operaciones, tanto la venta de bonos como las operaciones posteriores, se deben «a causas excepcionales» debido a la difícil situación que vive el sector por la pandemia. Aunque la jugada no le ha salido tan mal a la entidad. Puesto que ha logrado los objetivos prioritarios, tanto en mora como en solvencia, a la vez que sacó un pequeño beneficio gracias a la colocación de la deuda. En concreto, las ganancias por la operación rondaron los 50 millones.

Sabadell y los sindicatos pactaron en diciembre un recorte de hasta 1.800 empleos, un 10% de la plantilla, que deberá ejecutarse a lo largo del primer trimestre. Las salidas implican un pago de unos 305 millones en concepto de jubilaciones y prejubilaciones, según las propias estimaciones del banco. Un volumen que suponía un importante impacto en el capital de la compañía, pero que ha sido posible salvarlo gracias a la citada venta de deuda española y portuguesa. Y que, a su vez, prepara a la compañía para el reto de la digitalización.

De hecho, el Sabadell destacó tras el pacto con los sindicatos que se trata de «un hito para el programa de eficiencia y digitalización del banco, diseñado para consolidar su competitividad en el sector financiero y para potenciar el desarrollo del talento interno». Así, El grueso de las bajas se producirán los próximos 28 de febrero y 31 de marzo. La firma del Vallés optó por un modelo de despidos voluntarios en vez de por un expediente de regulación de empleo (ERE) para facilitar la negociación con los sindicatos.

EN DICIEMBRE EL SABADELL COLOCÓ HASTA TRES CARTERAS TÓXICAS

En el caso de la venta de carteras, las operaciones fueron todavía más ajustadas. Así, el Sabadell señala que se desprendió de dos carteras tóxicas por más de 1.100 millones en los últimos días del año. En concreto, la primera venta se cerró el día 21 de diciembre, como adelantó MERCA2. Se trata del llamado ‘Proyecto Aurora’ que contenía hasta 500 millones en activos deteriorados y que se adjudicó KKR por un valor cercano a los 130 millones.

Los tiempos para cerrar la segunda colocación fueron todavía más ajustados. De hecho, el banco alcanzó un acuerdo el día 30 y se notificó ya el día 31 de diciembre. En concreto, la cartera, denominada Higgs, contaba con 600 millones en activos problemáticos que se adjudicó Lone Star por unos 170 millones. Aunque hubo una tercera unos días antes: ‘Proyecto Explorer’, que mantenía 250 millones en créditos morosos de pymes. La entidad consiguió colocarla en el mercado el 10 de diciembre a Tilden Park por 65 millones de euros.

Las tres operaciones in extremis han servido para que el banco haya reducido tanto su mora como mejorado su solvencia. Hasta el punto, de que una parte sustancial de la mejora de su ratio de capital se debe, principalmente, a la venta de dichos activos tóxicos. Así, las cuentas de la entidad señalan que el incremento del fully loaded se debe a la caída en los activos tóxicos, más conocidos activos ponderados por riesgo, que a la generación de capital.   

Pedro Ruiz
Pedro Ruiz
Colaborador de MERCA2