Banco Popular, once presidentes y un funeral

Si incluimos a Rodrigo Echenique, actual presidente, y a José García Cantera, su predecesor en el cargo y que sólo estuvo en el mismo trece días, once han sido los presidentes que ha tenido Banco Popular durante sus casi 92 años de historia.

Una entidad que, dos años antes de su compra por Banco Santander valía 25.000 millones de euros y que, dos meses antes de la adquisición, había bajado su precio a 3.000 millones. Finalmente, su falta de liquidez hizo que acabara siendo vendida por un euro. ¿Daños colaterales? Los 300.000 accionistas y titulares de bonos subordinados y convertibles perdieron toda su inversión.

“O se colocaba en un banco o se llevaba por delante al sistema financiero”, afirma Manuel Romera, director del sector financiero de IE Business School. Y Javier Morillas, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad CEU San Pablo añade: “Los puntos fuertes que tuvo en su momento vinieron dados por la fidelidad de clientes muy tradicionales, una red de mediano tamaño de sucursales convencionales, manejable y rentable hasta el cambio de siglo. A partir de entonces no se supo adaptar”.

Los números de Banco Popular destacaban por su ratio de eficiencia, altos márgenes y baja morosidad

Una nave que comenzó a naufragar por su cambio de actitud respecto al negocio inmobiliario. Fue en los años 2006 y 2007, cuando todo el ‘pescado estaba vendido’ en el sector inmobiliario. Ángel Ron, su presidente, entraba por la puerta de atrás de un mercado en el que sólo quedaban las migajas, lo que los demás no habían querido.

Un salto al vacío que tiró por la borda el mejor ratio de eficiencia, los altos márgenes, o un índice de morosidad que no llegaba al 1%. ¿Qué fue del 20% de rentabilidad anual sobre recursos propios? ¿Dónde quedaba la acción a 35 euros? ¡Ay, si los siete presidentes anteriores levantaran la cabeza!, que diría una abuela.

Los precursores de Banco Popular

Hay que remontarse al 14 de octubre de 1926 para la ‘apertura de puertas’ de Banco Popular. Un acto solemne al que asistió el rey Alfonso XIII y el gobierno de la nación en pleno. “A las cuatro y media de la tarde del día 14 de octubre se celebró con gran brillantez y solemnidad el acto organizado por los Previsores del Porvenir para inaugurar su Banco Popular”, se leía en uno de los periódicos de la época. ¿Quiénes eran estos Previsores del Porvenir? Una mutualidad. ¿Con qué capital se fundó? Diez millones de pesetas.

Su primer presidente fue Emilio González-Llana (1926-1931), aunque luego repitió cargo entre 1939-1945). Los primeros años fueron difíciles, y su crecimiento lento. Sólo podían acudir a las ampliaciones de capital los antiguos accionistas. Piedras en el camino aparte, en 1931 el número de oficinas había llegado a la cifra de 31.

Con la llegada de la II República, el sillón presidencial recayó en Gabriel Gancedo-Rodríguez (1931-1936). Fue una época inestable, afectando los vaivenes políticos y sociales al desarrollo de la entidad. Hubo que esperar a 1934 para, después de tres años, abrir una nueva sucursal. Dos años después, y antes de la Guerra Civil, su número se había incrementado hasta 44. De esta cifra, treinta se quedaron en el bando republicano, entre ellas, las de Madrid y Barcelona.

luis valls e1518525489351 Merca2.es
Luis Valls. Foto: www.luisvallstaberner.com

La contienda supuso un freno en su desarrollo. Juan Martín Vicente tomó las riendas en el lado nacional. Poco pudo hacer. Finalizado el conflicto, Emilio González-Llana retomaba las riendas hasta 1945. Se abrieron sucursales en Tánger y agencias urbanas.

El cambio radical llegó de la mano de Félix Millet Maristany, a la sazón presidente hasta 1956. Su profunda religiosidad hizo que tuviera como hombre de confianza a Juan Manel Fanjul, supernumerario del Opus Dei, y ‘llave’ con la que miembros de la organización entraron en el banco. Bajo su batuta continuó la expansión, cambió el nombre por el de Banco Popular Español, se modificaron los estatutos, y su capital pasó de 50 a 100 millones de pesetas. El objetivo no era otro que abarcar todo el territorio nacional.

Comienza el verdadero despegue

Más longevo en el cargo fue su sucesor, Fernando Camacho (1956-1972). Con él comenzó una etapa de éxitos, entre otras razones, por el giro que había dado la economía española con el Plan de Estabilización de 1959. Los clientes crecieron como la espuma, a una media anual del 21% hasta 1974. Por no hablar de la creación de sociedades especializadas como Eurobanco, un banco industrial que comenzó a andar en 1964. Ese mismo año se fundó Heller Factoring Española, un año después Sogeval, dedicada a la gestión de fondos, o Iberleasing, en 1966. Dos años después abría una sucursal en París, a la que siguieron otras por todo el territorio galo. Su meta no era otra que prestar servicio a los emigrantes españoles

Con los pilares asentados, el siguiente a los mandos de la nave fue Luis Valls Taberner (1972-1989). En 1974 desaparecieron las restricciones a la expansión de las redes bancarias. Y Banco Popular sacó tajada ya que, en tan sólo cuatro años, multiplicó por cuatro el número de sucursales. Otro hito acaeció en 1985, cuando fundió en una sola las cinco sociedades que formaban Popularinsa. No fue una labor fácil, ya que inicialmente no se cumplía con las exigencias demandadas por el Banco de España. La solución al conflicto vino al absorber Banco Popular a Popularinsa (septiembre de 1987). ¿Resultado? Pasaron a ser filiales de Banco Popular los bancos de Andalucía, Castilla, Crédito Balear, Galicia y Vasconia.

Esa época (1988) también se firmó la alianza con Allianz, al 50%, cuyo fruto fueron Europensiones, Eurovida y Euroconsulting. Al año siguiente, la colaboración sería con el banco alemán Hypo-Bank y con el holandés Rabobank.

[td_block_11 custom_title=»» separator=»» post_ids=»51408″ limit=»1″ css=».vc_custom_1496993590403{border-top-width: 1px !important;border-right-width: 1px !important;border-bottom-width: 1px !important;border-left-width: 1px !important;padding-top: 5px !important;padding-right: 5px !important;padding-bottom: 5px !important;padding-left: 5px !important;border-left-color: #000000 !important;border-left-style: solid !important;border-right-color: #000000 !important;border-right-style: solid !important;border-top-color: #000000 !important;border-top-style: solid !important;border-bottom-color: #000000 !important;border-bottom-style: solid !important;border-radius: 4px !important;}» tdc_css=»»]

A partir de ese año 1989, y hasta 2004, se produjo una bicefalia inédita en el sistema financiero español, al compartir la presidencia Luis Valls con su hermano Javier. Este último seguiría dos años más en el sillón presidencial, aunque esta vez acompañado por Ángel Ron. En esos primeros cuatro años del siglo XXI, se alumbró Bancopopular-e, la apuesta digital de la entidad y se adquirió el Banco Nacional de Crédito Portugués.

Ya en solitario, Ángel Ron (2006-2017) adquirió Total Bank (vendida en diciembre de 2017 por Banco Santander por 444 millones de euros y unas plusvalías de 170 millones), vendió Banco Popular France, absorbió sus filiales, y compró Banco Pastor, entre otras acciones, como dos ampliaciones de capital por 2.500 millones de euros cada una (2012 y 2016). Y ya con Emilio Saracho al frente (de febrero a junio de 2017) se produjo la integración en Banco Santander subastado por un simbólico euro.

Atrás quedaba una historia ejemplar, un banco en el que las emociones se medían con cuentagotas, donde todo estaba bajo control, y donde la bandera llevaba el nombre de eficacia. Días de vino y rosas, con la acción a 35 euros, en los que los hermanos Valls Taberner recibían todo tipo de elogios. Tanto como el propio Banco Popular, que durante varios años fue considerado el banco más rentable del mundo por la agencia de calificación británica IBCA.

¿Fueron los hermanos Valls los mejores presidentes de Banco Popular? Ellos sí supieron aprovechar la ‘marea’ impulsada por sus predecesores para navegar a buen puerto. Una corriente positiva que, visto lo visto, no supieron coger sus sucesores. Pero esa es otra historia.