Los espectadores eligen Atresmedia para seguir el Debate a cinco

El único debate con los cinco principales candidatos a la Presidencia del Gobierno fue el más largo de todos cuantos se han celebrado en  nuestro país. Se trataba de un todos contra todos para desbloquear la actual situación política. Pero también se trataba de medir el pulso a las televisiones generalistas sobre el seguimiento.

En este caso hubo un claro ganador. El grupo Atresmedia (Antena 3 y La Sexta) fue el elegido mayoritariamente por los espectadores para seguir el debate, con 4,3 millones de espectadores, lo que supone un 26,6% de cuota.

En concreto, la división fue de la siguiente manera: Antena 3 tuvo 2.220.000, 13,6%; mientras que La Sexta llegó a 2.133.00 millones,  13%.

Con estos datos, Atresmedia TV fue líder absoluto de audiencia del lunes con un 29,5% de cuota de pantalla, certificando su apuesta de Grupo por la actualidad y la información, uno de los valores clave de presente y futuro para el grupo de comunicación. Tanto es así que  Antena 3 y laSexta superaron a Telecinco durante la emisión del Debate.

CLAVES DEL DEBATE

Había miedo en el debate de anoche porque casi todos tenían mucho que perder: el PSOE cree que va a ganar, el PP que se va a recuperar, Vox que se va a disparar y Unidas Podemos que va a consolidar su peso estratégico.

El único que podía arriesgar era Albert Rivera, que haciéndole caso al asesor de Trump o Díaz Ayuso, “que hablen de mí aunque sea bien”, se sacó del bolsillo de Doraemon un supuesto adoquín que según algunos tuiteros era un trozo de baldosa comprado por 29,50 en Amazon.

Noche de lunes con los cinco principales líderes políticos debatiendo tan solo una vez porque el asunto se sigue sin regular por Ley y porque en este caso al PSOE, que ha mantenido varias posturas sobre el tema, no le interesaba.

Lo que tampoco parece poder regularse es la visión española sobre la política, neofútbol que se ha convertido en un hobby para gente aburrida en feliz teoría de ciertas élites, conscientes de que en Grecia, año 2015, se evidenciaron los límites de la democracia burguesa.

Cierto es que la política parece ser, a día de hoy, la única herramienta viable para impartir cierta justicia social en unos tiempos lampedusianos en los que no sabemos a dónde vamos ni recordamos siquiera de dónde venimos.