El crédito no engaña. España es país de ladrillo

Si alguien pensaba que el modelo económico de España iba a cambiar, está totalmente equivocado. A los españoles nos gusta el ladrillo, y seguirá haciéndolo por los siglos de los siglos. O por lo menos, hasta que aprendamos de una vez por todas una lección que, después de 6 años de crisis, todavía no nos sabemos. ¿Y por qué digo esto? Pues porque el sector inmobiliario es el que más dinero recibe en créditos. Mucho más que la industria o los servicios.

En total, el ladrillo se lleva el 53% del volumen crediticio concedido no amortizado, que asciende a casi 1,3 billones a cierre del segundo trimestre del año, según datos del Banco de España. Basta para ello sumar las cantidades otorgadas para la construcción, los servicios inmobiliarios y las hipotecas. En total: 689.977 millones de euros. Evidentemente una buena parte de ese saldo viene de los años del boom inmobiliario, pero supone un gran esfuerzo por parte de empresas y familias para mantener a un sector que no llega a ocupar más del 10% del PIB de España.

¿Y qué pasa con la Administración Pública? 

Aquí la cosa cambia radicalmente. Si nos fijamos en los datos que proporciona el Banco de España nos podemos fijar cómo para el Estado no ha habido problemas de financiación. Por hacer números comparables, ya que estos datos sí están mucho más actualizados, vamos a coger el cierre del tercer trimestre. En aquel entonces había, según el Banco de España,  99.577 millones de euros entregados a la Administración Central, Comunidades y Ayuntamientos. El 95% de ellos otorgados por los bancos. La cifra más alta, por cierto, desde el año 2014 cuando recibieron 101.000 millones de euros.

Hay que tener en cuenta, además, que las familias son las que más deuda tienen ahora mismo con el sistema financiero. En total, 665.230 millones de euros, de los que 523.595 millones corresponden a la hipoteca. El resto del dinero se reparte entre los préstamos por bienes de consumo duradero y la rehabilitación de la vivienda.

Una situación que para Daniel Lacalle es normal. Según el economista en este momento «no existe demanda solvente en otros ámbitos que no sea el ladrillo. Esto no quiere decir que a la banca le encante, pero la evolución de los tipos de interés ayudan a que vayan a ese campo», explica.

Así que a la vista está que resulta muy complicado hablar de que vamos a cambiar nuestra forma de producir en la próxima década. Los bancos destinan a financiar el sector productivo algo más de 614.000 millones de euros. De ellos, cerca del 90% se lo lleva el sector servicios, mientras que la Industria logra absorber sólo el 10% restante. Es decir, algo más de 120.000 millones de euros.

Unas cifras que, aunque puedan parecer lo contrario, demuestran esa falta de solvencia de la que hablaba Daniel Lacalle. De hecho, fuentes financieras consultadas por Merca2.es reconocen que hay muy pocas peticiones «con gran volumen» dentro del sector industrial. Es más, dicen estar encantadas de poder financiar grandes proyectos, pero en este momento es imposible -sentencian-.