Apple quiere menguar la relación amorosa con Samsung

La relación de amor entre Apple y Samsung es un secreto a voces. Aunque los más profanos en la materia lo desconocen, por ejemplo el iPhone X está ensamblado con una pantalla de la compañía coreana. Es decir, son socios.

Y no se trata de algo menor. La relación comercial entre Apple y Samsung se eleva hasta los 3.400 millones de dólares por la compra de componentes, puesto que la firma asiática, además de vender teléfonos, también es un fabricante de chips y otros componentes para terminales. Aunque la compañía de Tim Cook quiere menguar esa dependencia. ¿Podrá conseguirlo?

Hace unos días saltó la noticia de que Apple estaba desarrollando pantallas en una fábrica propia en Estados Unidos. Rápidamente se pensó que este movimiento sería, efectivamente, para liberar a la compañía de la manzana de la dependencia de sus proveedores, sobre todo Samsung. Pero nada más lejos de la realidad, esto solo se trata de un pequeño paso experimental.

Como destaca el analista Mark Gurman para Bloomberg, es muy poco probable que Apple asuma la producción de sus pantallas. No por falta de capacidad. Los de Tim Cook tienen el capital humano, la capacidad de suministro, el conocimiento y, sobre todo, el dinero; pero no quiere arriesgarse.

Apple seguirá contando con Samsung

El motivo que expone el analista para que Apple no lleve a cabo esta fabricación es por el miedo a fallos en la producción masiva. Sus partners asiáticos no le han fallado por ahora, ni en cantidad ni calidad, de ahí que la confianza sea un factor clave.

Sin embargo, a pequeña escala, para ciertos productos y como pruebas, Apple no tiene ningún problema en desarrollar y fabricar pantallas. El objetivo final, aunque sea con pasos muy cortos, será reducir la dependencia de Samsung como proveedor.

Samsung, contenta

En este contexto, las curvas financieras de Samsung miran hacia arriba. Y la tendencia de crecimiento no menguará. Paradójicamente una de las claves estará en esta paradoja que le regala su rival Apple. Las pantallas que tienen los nuevos modelos de iPhone son OLED de la compañía coreana que tienen un coste de 100 dólares. Cada unidad que vendan los de Tim Cook irá a las arcas de Samsung.

Y no es la única buena noticia. La importancia de diversificar y, sobre todo, de ser también un proveedor de tecnología móvil ha llevado a Samsung a equilibrar su negocio en una época de dura competencia. Según los analistas de Bloomberg, los ingresos de la compañía seguirán una tendencia positiva debido al alto precio de los chips de memoria que ellos fabrican y venden a otras marcas. Esto se debe a la escasez de oferta, lo cual tira los precios hacia arriba y ellos salen ganando.

Así pues, hora de recoger lo sembrado. Samsung mantendrá un crecimiento estable (más bien pequeño) en la venta de terminales, pero eso lo compensará con las mencionadas pantallas OLED. La estimación de Bloomberg es que Samsung Display, subsidiaria de la compañía, aproveche el tirón y también aumente su facturación.

Raúl Masa
Raúl Masa
Ex Coordinador de redacción y redactor de empresas y economía; especializado en telecomunicaciones, tecnología y energía.