Andalucía y Murcia encabezan el fraude a las compañías de seguros

El dato es significativo: la inversión media que hace una compañía aseguradora en la investigación de un fraude alcanza la cifra de 247,90 euros. “Se trata de un buen ratio ya que la los gastos de investigación van reduciéndose con el paso del tiempo”, apunta Ignacio Ordoñez, director de Formación y RRHH de Icea (Investigación Cooperativa entre Entidades Aseguradoras. No obstante, la partida varía. Así, en seguros personales (vida, salud…), se llega a los 591,10 euros, mientras que en automóviles asciende a 379,50 euros.

Una inversión que tiene su particular derivada: el seguro ahorra 48 euros a sus clientes por cada euro dedicado a parar fraudes. “El fraude detectado ajusta las futuras primas. De hecho, la prima puede aumentar entre un 12% y un 13%”, añade Miguel Ángel Vázquez, de Unespa.

Son dos de los datos más relevantes del informe ‘El fraude al seguro español’ elaborado por Icea, y que ha contado con información aportada por 41 aseguradoras cuya cuota de mercado es del 52%. En total, se detectaron 175.777 intentos de estafa o, lo que es lo mismo, veinte intentos cada hora. Por Comunidades Autónomas, son Andalucía y Murcia donde se detecta un mayor ratio de fraudes, situándose en el otro extremo de la balanza País Vasco, Aragón y Navarra. “Cuando un defraudador plantea una reclamación indebida o exagerada lo que hace es tratar de enriquecerse a costa del resto de asegurados honrados”, indican desde Icea.

El seguro ahorra 48 euros a sus clientes por cada euro dedicado a parar fraudes

Por ramos, el 62,8% de los casos de fraude detectados se da en el seguro del automóvil (hay que tener en cuenta que es el que más tiene la gente porque es obligatorio que los vehículos a motor circulen con seguro). Otro 30,3% recae en las pólizas de hogar, comercio, comunidades, pymes y responsabilidad civil. El 1,2% restante corresponde a otras líneas de negocio.

LOS CASOS MÁS ESTRAFALARIOS

El tipo de fraude se puede decir que va por barrios. Así, en automóviles son más frecuentes las reclamaciones desproporcionadas (el 37,4% del total). A continuación, la ocultación de las lesiones y daños preexistentes.

En los seguros multirriesgos, lo más frecuentes son los siniestros simulados, mientras que en los seguros personales lo que más se busca es la ocultación de lesiones o daños ya preexistentes.

Para desenmascarar todas estas artimañas, el sector dispone de una serie de mecanismos y profesionales con el fin de detectar y combatir las estafas. Entre los casos más curiosos, por ejemplo, el de un conductor que reclamó a varias aseguradoras (Mapfre, Axa, Liberty, Reale, SantaLucía…) el pago de una póliza por un accidente de circulación en el que había perdido una mano. Las compañías contrataron a una agencia de detectives y a un laboratorio de automóviles que reconstruyeran el accidente. Sus pesquisas llegaron a la conclusión de que el accidente había sido simulado. El asegurado se había amputado la mano con una radial, se había hecho un torniquete, y condujo para similar el accidente. Finalmente pegó fuego al vehículo.

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En otra ocasión, una migrante procedente de Latinoamérica alega la rotura de una rodilla por un accidente. Los peritos no se creen que el golpe haya sido capaz de generar tamaña herida y la persona finalmente acaba confesando que ha sido por el golpe dado con un bate de béisbol. Al final, todo era parte de una trama y la compañía le pagó el billete de vuelta a su país por el temor a posibles represalias.

FIATC, por su parte, tuvo que hacer frente al fallecimiento de uno de sus asegurados que había fallecido en El Salvador por el disparo de un arma de fuego. El cuerpo fue inmediatamente incinerado. Puestos manos a la obra, la compañía descubre que el crimen tuvo lugar en Guatemala, y el cadáver no guarda ningún parecido físico con el supuesto fallecido.