La reserva de aluminio se convierte en oro para las comercializadoras

Hace dos años, una empresa de comercialización de materias primas comenzó a acopiar miles de toneladas de aluminio cerca de una curva del río Misisipi frente a Nueva Orleans.

Ahora Castleton Commodities International, comercializadora financiada por luminarias de los fondos de cobertura como Paul Tudor Jones, posee una verdadera mina de oro en tanto se desarrolla la pelea por el aluminio tras las sanciones estadounidenses contra United, Rusal y los aranceles aplicados por Donald Trump al metal.

Castleton ha comenzado a vender su reserva de aluminio, que llegó a contener un máximo de unas 500.000 toneladas, según las fuentes. Esto equivaldría a unos 1.500 millones de dólares.

Ya se acordaron ventas por alrededor de la mitad de ese volumen y la empresa comercializadora realiza envíos regulares desde la planta de Braithwaite, Luisiana. Uno de los compradores es Glencore, el principal comprador de aluminio de Rusal, que ha tenido dificultades para cumplir con sus obligaciones de abastecer a los clientes a raíz de las sanciones contra la compañía rusa.

La reserva de aluminio es tan considerable que los satélites pueden verla: imágenes de Google Earth muestran una zona cerca del río Misisipi donde el metal está almacenado en prolijas pilas al aire libre. Esto es algo poco habitual, dado que los comercializadores en general guardan el metal en depósitos, pero significa que los costos de almacenamiento de Castleton son mucho más bajos que si lo mantuviera en algún almacén registrado en bolsa en un lugar cercano.

Castleton comenzó a acumular el metal en 2016, cuando las reservas de aluminio eran abundantes y los precios se hallaban cerca de mínimos plurianuales. Fue una apuesta a que los compradores estadounidenses del metal eran excesivamente complacientes respecto de las reservas en un contexto de cierres de fundiciones y a que el mercado a la larga se restringiría, lo que haría subir las primas -el precio de un lote de metal físico por encima del contrato de futuros de referencia-.

Los comercializadores que financian existencias del metal normalmente protegen su exposición al precio de los futuros, pero pueden ganar dinero si la prima sube. Y la prima ha subido de manera radical: en 2016 y 2017, cuando Castleton acopiaba aluminio, la prima estadounidense se cotizaba muy por debajo de 10 centavos por libra. Desde el inicio de este año, aumentó más del doble.

Obviamente, la operación también tuvo costos: Castleton debió pagar para financiar el acopio así como también el gasto de la cobertura en la Bolsa de Metales de Londres. Y una parte del metal del stock de Castleton fue producida por Rusal, dijeron personas al tanto del tema, lo que puede llegar a dificultar su venta a compañías estadounidenses nerviosas de cara a las sanciones.

Encabezada por el ex administrador de fondos de cobertura William Reed, Castleton se dedica en gran medida a la comercialización de energía, pero está desarrollando su división de metales desde que contrató como director a Peter Sellars, ex ejecutivo de JPMorgan Chase & Co.

Jack Farchy, Andy Hoffman y Mark Burton para Bloomberg