Alcoa, una bomba de relojería para la ministra Reyes Maroto

Alegría comedida. Tras más de nueve meses de negociaciones entre todas las partes implicadas, el despido colectivo que planeaba sobre las plantas de Alcoa en A Coruña y Avilés (y que afectaba a 700 famillias) ha quedado aparcado después de que la multinacional norteamericana de aluminio haya firmado la venta de ambas plantas al fondo suizo Parter Capital, tal y como adelantó MERCA2.

“Es un día para la satisfacción y la esperanza”, dijo la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto tras una reunión con todos los agentes que han participado en el proceso de venta. Al término de la misma, Juan Carlos López, presidente del Comité de Empresa de Alcoa en A Coruña, subrayó que seguirán pendientes del proceso y que exigirán al Gobierno “que cumpla sus promesas”.

El decreto del consumidor electrointensivo no se puede aprobar sin Gobierno y es vital para el futuro de Alcoa

Y es que, tras la firma del acuerdo, la pelota está en el tejado de Ejecutivo. Una ‘patata caliente’ que puede acabar ‘quemando’ todo lo firmado. Aunque no directamente, la ministra Reyes Maroto así lo vino a reconocer en la presentación del acuerdo. Por eso apeló a la responsabilidad de todos los grupos políticos, para formar un gobierno que “apruebe leyes importantes para que España siga avanzando”. España, en general, y Alcoa, en particular.

LOS PLAZOS DE ALCOA

El acuerdo firmado entre Alcoa y Parter Capital garantiza el empleo durante los dos próximos años pero, como se suele decir, el tiempo no corre, sino vuela. Y si no se llega a un acuerdo para formar un nuevo gobierno en septiembre, la nueva convocatoria de elecciones prevista para el mes de noviembre no haría sino dilatar la toma de decisiones que se antojan decisivas para el futuro de Alcoa. Por no hablar de que, en esas hipotéticas elecciones, el resultado más o menos se repitiera, con lo que la situación de no tener gobierno se enquistaría.

¿Por qué es tan crucial la formación de Gobierno para Alcoa? Porque hay una circunstancia que se antoja vital para que Alcoa no sólo amplíe su ‘vida’ durante los dos próximos años, sino todavía más allá. Y esa no es otra que la aprobación del decreto para consumidores electrointensivos, es decir, para empresas grandes consumidoras de electricidad como Alcoa. Dicho decreto lo que haría sería rebajar esa factura pero “no se puede aprobar sin Gobierno”, como dijo Reyes Maroto.

Sin dicha aprobación, la factura comenzaría a ser un impedimento para el buen desarrollo de la labor de Alcoa. Además, este fue uno de los puntos en los que Parter Capital hizo más hincapié durante las negociaciones. Incluso llegó a exigir que se redujera el precio a la mitad, según confirmaron a MERCA2 fuentes conocedoras de la operación.

El precio actual ronda los 60 euros megavatio hora para la industria electrointensiva. Fuentes del sector indican que, como mucho, el Gobierno sólo podría rebajar ese precio hasta los 50 euros. Por tanto, la ansiada rebaja podría no ser suficiente para los nuevos propietarios de Alcoa.

Alcoa

¿Podría ir más allá el Gobierno que finalmente lleve las riendas del país? Sí, pero entonces podría encontrarse con varias piedras en el camino. De hecho, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) redactó un dictamen negativo sobre las medidas que pretendía llevar a cabo el Ejecutivo de Pedro Sánchez. El motivo alegado no fue otro que dichas medidas chocarían con la Unión Europea (UE) que podría considerarlas como ayudas públicas. De hecho, recomendó al Gobierno que las remitiera a Bruselas para garantizar su legalidad. Y es que la norma que pretendía implantar para favorecer a la industria electrointensiva, en general, y la venta de Alcoa, en particular, recogía subsidios que podrían llegar hasta los 160 millones de euros.

Por otra parte, la Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía (Aege) dijo sobre el borrador del Estatuto del Consumidor Electrointensivo que la rebaja planteada en dicho texto era insuficiente, ya que la factura sólo se rebajaría en 112 millones de euros. Según sus estimaciones, esa cantidad se podría duplicar.

Mientras las distintas formaciones políticas deciden llegar a un acuerdo, o hacer que los ciudadanos vuelvan a depositar su voto en las urnas, la pregunta que surge es cuándo arrancarán de nuevo las cubas de electrólisis de las plantas de Alcoa. ¿Lo harán sin esperar a la formación del nuevo Ejecutivo, o antes? ¿Cuándo empezarán a contar esos dos años garantizados por Parter Capital?Rüdiger Terhorst, socio director de Parter Capital, indicó al final de la reunión antes reseñada que su intención era la de “construir un futuro positivo y duradero que incluya grandes oportunidades para las plantas”. Sobre la fecha de reinicio de la actividad no se pronunció.

LA IMPACIENCIA DE PARTER

El fondo suizo Parter Capital, que está especializado en adquirir empresas que viven momentos de zozobra, tiene en su portfolio un abanico de lo más variado. Por ejemplo, Advionics, que compró a Airbus. O DIG (Deutsche Innebau) dedicada al diseño de interiores de espacios públicos como aeropuertos o teatros. O Streif, uno de los mayores constructores de casas prefabricadas en Alemania. Tres casos que, tras pasar por las manos de Parter Capital, consiguieron rehacer sus maltrechas cuentas. Eso no significa que todo lo que toca el fondo se convierta en oro. Es más, en ocasiones, la firma suiza no se ha caracterizado precisamente por su paciencia.

El caso más claro al respecto es Arjowiggins, una firma francesa con más de doscientos años de historia dedicada a la fabricación de papel moneda. Su base de clientes la integraban más de 140 países, y fue adquirida por Parter Capital en enero de 2018 tras pasar de vender por valor de 272 millones de euros y un ebitda de 23,7 millones, a unas ventas de 128 millones y unas pérdidas de 13 millones de euros.

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Un año después de la compra, los trabajadores de Arjowiggins se encontraron con las puertas de la compañía cerradas y la policía dándoles la noticia del cierre. En el paro quedaban 220 personas. ¿A qué se debió al cierre? A la sobrecapacidad en el mercado y a la fuerte presión sobre los precios. Además, Sequana (la matriz de Arjowiggins) estuvo utilizando a la compañía y a otras subsidiarias de fabricación de papel para pagar sus deudas.

Alcoa tiene ahora una particular moratoria de dos años. Pero, como se ha visto, para su buen desempeño depende de terceros (en concreto, de las políticas en materia de precios de la energía que lleve a cabo el próximo Gobierno). Que la configuración del mismo se retrase, o que finalmente la rebaja de los costes no sea suficiente para rentabilizar la compañía, podría adelantar acontecimientos nada satisfactorios para los trabajadores. A Parter Capital no le tiembla el pulso.