Y ahora ¿Qué hacemos con el Banco Popular?

Esta es la pregunta que se deben estar haciendo muchos de los que tienen en sus manos las decisiones que pueden beneficiar o perjudicar a una institución como Banco Popular que en unos pocos años cumplirá 100 años de vida.

La entidad presidida por Ángel Ron está sufriendo enormemente en los últimos años. Con un  entorno económico adverso para la banca, los bajos tipos de interés impuestos por el BCE y un plan de negocio obsoleto, hace que la entidad requiera de una modernización para salir a flote y de reinventar, por tanto, su modelo de negocio.

pedro larenaEl banco no se ha sabido anticipar a los cambios del mercado, y cuando ha intentado adaptarse, el volumen de activos gestionados y de dudoso cobro o improductivos han resultado ser un problema mayor de lo esperado. Es el caso de la compra del negocio de tarjetas de crédito tanto de Citi como de Barclays, cuando el negocio va más bien por la vía “fintech”.

La entidad cae en bolsa más del 70% en el último año, hasta situarse por debajo de los 0,90 euros por acción. Esto está poniendo nerviosos a los mercados y al sector bancario, pero particularmente a sus accionistas más antiguos, los cuales ven cómo ampliación tras ampliación de capital ven diluida su participación. Las posiciones bajistas se han incrementado hasta marcar un 7,79% según consta en el registro de cortos de la CNMV, y aunque las posiciones bajistas hace tiempo que son altas en el valor, las últimas semanas han aumentado considerablemente.

Parece que los 6.000 millones de desinversión inmobiliaria que prevé la entidad podrían no ser suficientes

Popular ha puesto un proyecto en marcha para solventar sus problemas en la cartera inmobiliaria mediante la creación de una sociedad inmobiliaria independiente (denominado proyecto Sunrise) que tendrá un volumen de inmuebles de alrededor de 6.000 millones de euros, según valora la entidad,  pero que podría ser bastante inferior dado que se desconoce la calidad de los activos. La nueva sociedad según ha comunicado el propio banco, obtendría la financiación de los mercados de capitales saliendo a Bolsa. Se prevé que el proyecto esté en funcionamiento antes de final de año y  que salga a Bolsa en el primer trimestre de 2017. Ya cuenta con el beneplácito del Banco de España y el BCE. Este movimiento parece un intento desesperado por eliminar de su balance los activos que no le producen beneficio.

Los resultados del negocio inmobiliario de Popular en el último año son bastante malos. Los márgenes de su negocio inmobiliario se reducen. Por ejemplo, su margen de intereses cae un 25,8% comparándolo con el mismo periodo del año anterior. Tiene que buscar una alternativa para sanear su cartera inmobiliaria y parece que lo va a intentar con esta sociedad, en la cual el accionista que entre sabe que perderá dinero salvo que esta nueva sociedad decida invertir en la mejora de la calidad de sus activos como ya hace el “banco malo” SAREB.

Reestructuración de personal 

Por otro lado, los problemas no acaban sólo ahí. El banco está inmerso en plena  reducción de plantilla y cierre de oficinas para reducir costes. Con ello pretenden aumentar la eficiencia y la rentabilidad del banco. Este proceso afectará a unos 3000 empleados y supondrá el cierre de unas 300 oficinas. La reducción de costes que tendrá la entidad se estima que será de entre 175 y 200 millones de euros anuales.

En un banco que a cierre de 2015 tenía 15.079 empleados (13.480 en España) y que disponía de 2.124 oficinas estos números son muy importantes ya que suponen una gran reducción del tamaño de la entidad en el aspecto físico, y que le  pueden hacer perder a la entidad parte de su negocio minorista si no adapta su negocio.

popular_manifestacionesEstán intentando por todos los medios sanear su balance, ya sea mediante la reducción de costes despidiendo empleados (se reducen en un 2,1% con respecto al mismo trimestre del año anterior), cierre de oficinas, reducción de costes como el de la publicidad o los seguros…

No invita al optimismo la última presentación de resultados realizada por el nuevo CEO Pedro Larena. En vez de reconocer la realidad intenta esconderla y denominarla a través de eufemismos. Han superado unas cotas inimaginables en materia de “creatividad” a la hora de presentar las cuentas con cosas tan básicas como no publicar la tasa de morosidad global (declaran un 5% en el negocio principal pero la total supera el 12%, la mayor de la banca privada española), suma rúbricas del margen bruto que no son homogéneas (comisiones + participadas), aumenta el volumen de activos dudosos pero no lo explicita así u otras cuestiones como puede ser la separación entre lo que denominan “negocio principal” y el “negocio malo”.

Algunos ratios relevantes de Banco Popular a cierre del tercer trimestre

RatioTasa MorosidadCapital phase-inROE∆ dudososBPAPERP/VC
POP12,32%15,29%6,9%+9%0,03€25,330,31
Fuente: Elaboración propia y datos de CNMV y AEB

La pregunta que se hacen los mercados es si con el nuevo plan fijado,  la mala situación que atraviesa se solventará o no. Para saberlo tendremos que ver como soluciona el problema inmobiliario y elimina de su balance los activos improductivos. Pero parece que la estimación realizada de 6000 millones de euros que realiza la entidad, puede no ajustarse a la realidad del mercado. Además, tiene que pensar como reorientar su negocio para generar beneficio más allá de eliminar costes y activos nocivos.