Acoso escolar: estos son los síntomas de que tu hijo lo sufre

Empezaré explicándote qué es el acoso escolar. Se considera acoso a cualquier tipo agresión psicológica o física permanente, constante y duradera.

Una vez que tenemos eso muy claro, llega la parte de por qué escogen a una persona o a otra. Pues bien, la respuesta no es sencilla, porque ni los expertos saben darle contestación. Es decir, puede sufrir acoso escolar un niño que tenga algún tipo de discapacidad y por lo tanto sea punto fácil de burla, alguien que, al contrario, sea el mejor en algún deporte, un niño o niña a quien le cueste más que a los demás aprobar las asignaturas o el que saca matrículas de honor en todo. Esta ruleta no se sabe dónde va a parar a la hora de ser víctima de acoso escolar.

Los psicólogos piensan que el agresor busca a personas más tímidas, con más dificultad en las relaciones interpersonales, con tendencia a callar y baja autoestima.

Los padres, tutores, hermanos mayores y profesores tienen que estar muy atentos a todo lo que sucede tanto en las aulas como fuera de ellas. Lo que sufre una criatura sin motivo alguno tan solo porque otro compañero, compañera o un conjunto de ellos no tenga educación y necesiten amedrentarle por ser diferente o normal o excepcional no está justificado.

Para un niño, sus primeros años de vida, sus primeras relaciones, la forma en la que comienza a ver a la sociedad que le rodea son los momentos más importantes para marcar su conducta, autoestima y posibles problemas en un futuro.

Debes enseñar a tus hijos que ante cualquier signo de acoso escolar que presencien, ya sea hacia ellos o hacia otro compañero, deben denunciarlo inmediatamente.

El 90% de los casos de acoso escolar tienen síntomas previos

Algunos de los síntomas son:

Problemas psicológicos

Los síntomas de acoso escolar más frecuentes son ansiedad, depresión, trastorno psicosomático, estrés, la falta de sueño pueden llegar al suicidio.

Estos problemas, pueden estar en su interior al menos hasta los cuarenta años. La víctima se siente cada vez más sola, triste y desamparada. Si esto continúa termina cayendo en una depresión grave. En algunos casos, para acabar con el sufrimiento pueden llegar hasta a suicidarse.

En España el 9´3% de los estudiantes piensa que ha sufrido acoso y un 6´9% que ha padecido ciberacoso.

El último estudio hecho por la Asociación Americana de Pediatras reveló que el 78% de jóvenes de entre 13 y 18 años que se suicidaban había sufrido acoso escolar.

Entre el 70 y el 80 % de los niños que sufre este tipo de maltrato acaban desarrollando un trastorno mental.

acoso escolar

Cambios de comportamiento

Hay que saber diferenciar entre pataleta de adolescente y acoso escolar, porque pueden llegar a tener síntomas parecidos. No se trata de que un día el niño está bien y al otro mal, es un cambio lento al que debes prestar atención.

Puede ser que al principio comience no queriendo ir al colegio los lunes, que es cuando tiene que regresar a la realidad después de haber estado unos días tranquilo en casa. Se pone nervioso cuando ve la hora de volver o te llaman del colegio para que lo recojas con frecuencia porque se encuentra mal.

Otro signo es que deja de ser sociable; en casa casi no habla y da de lado a sus amigos de siempre. Deja de hacer cosas que le gustan y vive sumido en una tristeza diaria que no comprendes. Cuando le preguntas por cómo le ha ido el día en el colegio te contesta con evasivas o con monosílabos. Tiene cambios de humor drásticos y repentinos y sufre arrebatos de cólera sin motivo aparente…

En los casos extremos en los que el menor lleva mucho tiempo aguantando el acoso escolar puede llegar a autolesionarse a modo de llamamiento mudo de socorro.

“De repente sufre apatía, que estén tristes o que lloren fácilmente”.

depresión

Signos físicos

Los signos físicos son los más evidentes y a veces para cuando te quieres dar cuenta es tarde. Fíjate si se le rompen mucho las cosas, si está pidiendo dinero de más, si tiene algún hematoma en el cuerpo, si se cubre la cara o si su mirada está constantemente dirigida al suelo.

Esto no quiere decir que tiene que haber acoso escolar por obligación o que no lo haya. La mayoría de las veces los abusadores no usan la fuerza física, prefieren herir con insultos o vejaciones.

Las palabras pueden doler más que los golpes.

El 70 % de los pacientes con trastorno de conducta alimentaria tiene antecedentes de haber padecido acoso escolar.

triste

Somatizaciones

Esta palabreja lo que viene a decir en este caso es que exteriorizas a modo de síntoma físico lo que sientes en tu interior.

Puede ser que el niño se levante mal todos los días antes de ir al colegio, con mareo, dolor de cabeza, fatiga, diarreas, sensación de asfixia, temblores, palpitaciones, alteraciones del apetito o del sueño…

Como ves el acoso escolar no se trata de ninguna broma entre niños, es un tema muy serio que tiene muchas consecuencias negativas.

Es probable que lleves a tu hijo al médico en repetidas ocasiones sin que te quede nada en claro, porque realmente no tiene nada físico, es psicológico. La víctima no reconoce que está sufriendo acoso escolar y los padres suelen no darse cuenta.

El estrés y el nivel de alerta que tiene que aguantar una persona que sufre acoso escolar es tal que incluso su sistema inmunitario se ve afectado y encima deja al pequeño vulnerable a posibles enfermedades como el dolor de barriga, vómitos o escemas en la piel.

bullyng

Problemas de concentración

No saber por dónde te va a aparecer tu acosador es algo que hace que estés en continua vigilancia y en estado de alerta. Lo que menos importa es el examen de matemáticas, el problema real es el acoso escolar diario y el miedo que sufre. Como consecuencia, los resultados académicos bajan y además de tener malas caras en el colegio ahora también la tiene en casa.

Al igual que los soldados en medio de una guerrra, los niños están en ese estado de estrés, ansiedad y alerta que provoca que sus hormonas del estrés permanezcan por las nubes.

Cuando tu hijo suspende de pronto muchos exámenes y no es lo habitual en él te aconsejo que lo analices con detenimiento. Puede ser porque una asignatura en cuestión le esté costando más trabajo o si es porque tienen preocupaciones de otra índole en la cabeza y no es capaz de concentrarse.

acoso escolar

Desconexión de las tecnologías

El ciberacoso es una nueva forma de acoso escolar. A medida que los tiempos avanzan las formas de acosar también lo hacen con ellas. Es irónico porque realmente lo que se debería pensar es que si somos capaces de adelantar tanto la tecnología de lógica estas cosas terminarían por desaparecer en vez de diversificarse y tomar nuevos métodos…

Cuando el acosador acota su zona de maltrato tan solo al colegio, ya la simple palabra resulta escalofriante. La víctima tiene su pequeño tiempo de descanso, que aunque su cabeza no deje de recordarle que al día siguiente todo comenzará de nuevo, allí está a salvo. Con las tecnologías no sucede eso, NUNCA HAY DESCANSO.

El gran problema del acoso escolar con tecnologías es que el número de espectadores jactándose a su costa es incalculable y eso hace que cambie su forma de interactuar con los demás en las redes o que directamente desaparezca del mundo virtual.

Los padres tienen que tener acceso a las cuentas y movimientos del niño o niña por internet.

móvil

Mutismo ante el acoso escolar

A veces el daño psicológico es tal que la víctima no es capaz de decir qué le sucede por vergüenza o por sentimiento de culpabilidad. Está paralizado y el único sentimiento que tiene es el de impotencia y frustración.

Después de un tiempo sufriendo acoso escolar la personalidad se vuelve frágil, la autoestima es casi inexistente, tiene trastornos de conducta, ansiedad, depresión y problemas con el aprendizaje.

Cuando el acosador termina anulando como persona le da igual vivir o morir porque piensa que si nadie se ha dado cuenta de lo que le sucede es que realmente no le importa a nadie y no merece la pena seguir…

silencio

Errores ante el acoso escolar

Si te enteras de todo lo que está sucediendo alrededor de tu hijo lo más habitual es que cometas ciertos tipos de errores que no terminaran arreglando nada, más bien todo lo contrario:

  • La sobreprotección: no puedes querer que tu hijo salga de la jungla en la que ha estado metido e introducirlo en una burbuja. No es él quien tiene el problema; escondiéndolo solo conseguirás que piense que sí lo es.
  • La sobrerreacción: es un tema muy difícil y por el que nadie queremos pasar, pero plantéate si alzando la voz y sulfurándote vas a conseguir algo.
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Otra cosa que no debes hacer bajo ningún concepto, porque las consecuencias para ti pueden ser graves si se te va de las manos, es hablar directamente con el acosador. Ten en cuenta que hablamos de tu hijo, tu pequeño tesoro que te saca de quicio, pero al que adoras y por el que matarías sin pensarlo. Detente un segundo, respira y habla con profesionales para arreglar las cosas en vez de empeorarlas.

Acoso escolar

Teléfono del Ministerio de Educación contra el acoso escolar: 900 018 018 

Teléfono de ANAR de ayuda a niños y adolescentes: 

900 20 20 10