El aceite de palma abre un nuevo debate, ¿qué pasa si es sostenible?

Desde hace meses la bestia negra en el sector alimentario es el aceite de palma. Su consumo o uso como ingrediente en determinados productos no goza de buena prensa. De hecho, algunas como Nutella han sufrido un boicot. Otras empresas han optado por retirar este ingrediente de sus productos ante las críticas. Y en última instancia, existen las que abogan por el empleo del aceite de palma sostenible, como Nestlé.

En este último caso es donde se incluyen compañías y grupos de alimentación en España bajo el paraguas de la Fundación Española del Aceite de Palma Sostenible. Ésta, a su vez, mantiene una alianza con European Palm Oil Alliance (EPOA), que también agrupa compañías o marcas conocidas como Nestlé, Unilever o Findus.

Ambas asociaciones promueven el uso de aceite de palma sostenible. Este pretende producir aceite respetando la biodiversidad, la calidad del agua, los derechos de los nativos y contribuyendo lo mínimo posible a la emisión de gases de efecto invernadero. Así lo define la Mesa Redonda sobre el Aceite de Palma Sostenible (RSPO). Ésta ha creado un sistema de certificación de aceite sostenible. Además reúne a ONGs, productores, fabricantes y distribuidores del sector. Todo un entramado que busca desmentir algunos mitos y favorecer el consumo sostenible.

Desmintiendo acusaciones

Respecto a los efectos en la salud, la fundación en España se plantea la costosa tarea de romper con los falsos mitos sobre los efectos tóxicos y negativos del aceite de palma. Algunos de los cuales han llevado a asegurar que el aceite de palma provoca cáncer. Y aquí, productos como Nutella se han visto perjudicados. O incluso los famosos Doritos.

Por eso, el presidente de la Fundación Española del Aceite de Palma Sostenible, Roberto Torri, aseguró en un encuentro informativo que no provoca cáncer. También desmintió que se consuman 60 kilogramos per cápita de este ingrediente en España. De hecho, en nuestro país no hay estudios sobre su consumo.

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Y ante los que prefieren boicotear a las marcas y apuestan por eliminar este ingrediente otras salen en su defensa. “Si dejamos de usar aceite de palma no va a funcionar. No podemos conseguir la sostenibilidad en el mundo”, afirma la Programe Manager EPOA, Margot Logman.

“Según los expertos, el consumo de aceite de palma no está contraindicado en una dieta saludable, siempre y cuando se ajuste a la ingesta de grasas y a las recomendaciones”, indica la doctora en Farmacia, Marcela González Gross.

Las empresas se posicionan

Está claro que no todos los aceites y grasas vegetales son iguales, y sus efectos sobre la salud de los consumidores también son bastante diferentes. Independientemente de los efectos saludables o no del aceite de palma, las empresas han tenido que posicionarse. La mayoría influenciadas por la opinión pública. Pero otras defendiendo su uso.

Empresas que se han acogido a esta alianza europea es el Grupo Ferrero, ICA o Unilever. Por su parte, Pepsico, empresa que comercializa los Doritos, también salió hace años en defensa de la producción de aceite de palma sostenible.

En este saco también se incluye Nestlé a nivel europeo. La compañía asegura estar trabajando para incrementar la cantidad de este aceite de origen responsable en su cadena de suministro. «Actualmente, un 57% de nuestro aceite de palma es de origen responsable», aseguran.

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Sin embargo, junto a Mars y Hershey, Nestlé ha sido acusadas de incumplir sus promesas de abastecimiento de aceite de palma de fuentes sostenibles y libres de conflicto en las selvas deforestadas de Indonesia.

¿Y qué hacen los distribuidores?

En España, varias cadenas de supermercados como Alcampo, Lidl y Aldi anunciaron la eliminación de este ingrediente en su marca blanca. Las firmas también han tomado partida en esta batalla centrada más en la imagen, que en los riesgos de este producto. Nutribén, por ejemplo, ha eliminado este aceite de algunas de sus papillas.

Dinamarca, Francia, Alemania, Países Bajos y Reino Unido, en 2015, e Italia en 2017, han firmado la Declaración de Ámsterdam en apoyo al aceite de palma sostenible en 2020. La idea es que España y sus compañías sigan el mismo camino.

Sostenible o no, desde luego el aceite de palma dará mucho que hablar, especialmente en el terreno de juego de las empresas. Posicionarse o no. Esa es la cuestión hoy en día.