Las manos son una parte de nuestro cuerpo que utilizamos continuamente y que están todo el rato en contacto con objetos, superficies, personas, animales, etc. En definitiva, a lo largo del día tocamos un montón de cosas diferentes que pueden no estar tan limpias como creíamos y que pueden ser el foco de gérmenes e infecciones. El sencillo de gesto de lavarte las manos con frecuencia podría salvarte la vida, al hacer de barrera contra estos agentes externos que provocan enfermedades. Lavarse las manos con agua y jabón reduce en un 25% las infecciones respiratorias, y en un 50% las diarreas. Sin embargo, no basta con hacerlo de cualquier manera, sino que hay que seguir unas pautas adecuadas para que este hábito repercuta positivamente en nuestra salud.