Normalmente, nos comemos algunas frutas y verduras directamente con piel, como es el caso de las manzanas, las peras, los tomates, el calabacín, la zanahoria e incluso las patatas. Sabemos que la piel concentra una buena cantidad de nutrientes y puede aportar muchos beneficios a la salud. Sin embargo, hay algunos vegetales que directamente los pelamos, como es el caso del kiwi, cuya piel cubierta de una peculiar pelusa, no resulta de entrada muy apetecible para comer.