Silvio Berlusconi otorga voz a Rusia… pero solo en Mediaset Italia

La guerra de Ucrania ha desatado un debate mediático en algunos países a cuenta de la voz que se le debe otorgar a Rusia, que en las últimas semanas ha perdido a la mayoría de sus aliados periodísticos en Occidente.

En Italia, un canal del imperio Mediaset (Rete4), entrevistó al ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, que calificó de «fake» la matanza de Bucha, habló de «desnazificar» Ucrania y sentenció a Volodímir Zelenski, asegurando que «también Hitler tenía orígenes judíos».

MEDIASET ITALIA SE DEFIENDE

Varios políticos y medios han criticado duramente la entrevista tanto por darle voz a un dirigente importante del Gobierno de Putin, del que Silvio Berlusconi era amigo, como por la falta de preguntas incómodas.

El director general de Información del grupo Mediaset, Mauro Crippa, salió en defensa de la entrevista y aseguró que «las declaraciones delirantes del canciller ruso Lavrov son de particular importancia porque confirman claramente la falta de voluntad de Putin para llegar a una solución diplomática a la guerra rusa contra Ucrania».

«En cuanto a las acusaciones de Lavrov y los paralelos absurdos sobre Hitler y los judíos, solo los antisemitas viscerales pueden dar crédito a lo que parecen ser puras locuras, así como los falsos historiadores ya desmentidos por los hechos», aseguró.

El directivo se pregunta: «¿Podría Europa involucrarse cada vez más en una guerra sangrienta y no deberíamos escuchar quién, a nivel institucional, desencadenó este conflicto?». Y recordó que «el pluralismo de la información y las buenas reglas del periodismo siempre sugieren escuchar todas las voces, incluso las más controvertidas y divisorias«.

Dar voz no es bendecir y Crippa recordó que Mediaset Italia han enviado a Ucrania a periodistas que «arriesgan su vida todos los días para contar este horrible conflicto, sin descartar la propaganda bélica y mostrando las imágenes de los crímenes cometidos».

MEDIASET ESPAÑA ESTÁ PENDIENTE DE OTROS TEMAS

Mediaset España no realiza una apuesta por la política del nivel de su hermana italiana. La cancelación de ‘Noticias Cuatro’ fue síntoma de que el grupo dirigido por Paolo Vasile está más cómoda trabajando otros géneros.

La guerra de Ucrania no parece provocar demasiada atención en la compañía, que hace unos días daba voz en ‘Cuatro al día’ a la polémica politóloga rusa, Liu Sivaya, acusada de cambiar de chaqueta ideológica con frecuencia.

Joaquín Prat pecó de imparcial y avasalló a su invitada, que protestó por la falta de parcialidad de la prensa europea: «Me apena profundamente que se esté vendiendo un relato que mete muchísimo miedo a la población europea porque parece que todo esto se trate de un pueblo, encabezado por un señor loco y peligroso, que de la noche a la mañana se ha levantado con ganas de invadir el mundo».

Prat la cortó en seco: «Perdóneme, pero usted está diciendo una barbaridad tras otra. Parece que se le ha olvidado que en 2014 hubo una anexión ilegal de Rusia a Crimea y desde entonces la comunidad internacional, que parece tan opresora según su discurso, ha mirado para otro lado y se le ha dejado a Putin hacer».

Ketty Garat, tertuliana del programa, también se lanzó al ataque: «Me parece totalmente despótico lo que está usted diciendo, señora, es un insulto al pueblo ucraniano que empecemos con matices irrelevantes ante una situación tan sumamente clara que no permite tomar blancos y negros».

CENSURA A LOS MEDIOS RUSOS

Los medios rusos han sido censurados por la UE y el Ejecutivo de Putin, que protestó por el «quebrantamiento del derecho a la libertad de expresión» a pesar de que ellos son especialistas en el ramo.

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se negó a prohibir la emisión de Russia Today en el país azteca: «Eso es fascismo. Eso es contrario a las libertades. Eso es tener listas negras».

Telesur, por su parte, afirmó que «la censura de la UE a los medios rusos no solamente viola los derechos de los periodistas rusos, sino también afecta las libertades de los ciudadanos europeos, que se ven obligados a acceder a una visión parcializada de los acontecimientos referentes a la crisis en Ucrania».