El dilema de Endesa en As Pontes: ¿cerrar el carbón en plena crisis?

El Gobierno echa más leña al fuego en pleno debate por la crisis energética y coloca a Endesa en un amargo dilema. A la espera de conseguir convencer a la UE para que, dentro de un mes, acepte las medidas ideadas para rebajar el precio de la electricidad, el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicaba este lunes la conformidad del Ministerio para la Transición Ecológica con la Declaración de Impacto Ambiental del proyecto de desmantelamiento de la  central de carbón en As Pontes.

Al margen de los plazos administrativos y de que la solicitud llevaba más de un año cursada, no parece el momento más adecuado para formalizar los últimos trámites previos al cierre, a la vista de la que está cayendo. Con los precios del gas por las nubes, con la UE trabajando para desligarse del gas ruso y sin reacción de Argelia tras el volantazo del Gobierno de España en su política con respecto al Sáhara Occidental, hablar a día de hoy de desmantelar As Pontes resulta inquietante y difícil de explicar a los consumidores.

Endesa tiene la pelota en su tejado en estos momentos. Por un lado ha comprado 250.000 toneladas de carbón para que la central gallega siga produciendo electricidad, por lo menos, hasta finales de mayo. En estos momentos, el carbón ha vuelto a ser competitivo en el pool y muchos países están aprovechando esta coyuntura para comprar menos gas. Pero por otro lado, la eléctrica ha renegado por activa y por pasiva del carbón en todas sus declaraciones de intenciones de los últimos tiempos.

Endesa ha cifrado en casi 50 millones de euros el coste del desmantelamiento de la central gallega

Si bien es cierto que todavía falta un último trámite, el permiso definitivo de cierre, Endesa puede optar por imprimir velocidad al asunto, o tomárselo con un poco más de calma, a la vista de que en estos momentos la electricidad que se produce en As Pontes es más barata que la de los ciclos combinados de gas. Y España está trabajando en abaratar la electricidad, o al menos ese es el discurso del Gobierno dentro y fuera de nuestras fronteras.

En el seno de Endesa existe cierto debate entre quienes plantean el cierre inmediato de la central gallega y quienes valoran la posibilidad de que siga en funcionamiento más allá del 31 de mayo, debido a la actual coyuntura de precios de las commodities.

El secretario de organización de UGT FICA Endesa Galicia, Marcos Prieto, reconoce a MERCA2 que «no me atrevería a decir que vamos a seguir produciendo electricidad pasado el 31 de mayo, pero tampoco lo contrario. En términos futbolísticos vamos partido a partido según se van desarrollando los acontecimientos».

La eléctrica que preside José Bogas ha cifrado en casi 50 millones de euros el coste del desmantelamiento de la central, que se calcula que llevará unos cinco años de trabajo.

EL PASOTISMO DEL GOBIERNO HA DEJADO SIN CARBÓN A ENDESA

Entretanto, la central de Endesa en As Pontes se ha quedado sin carbón durante días y se ha visto obligada a parar. En el puerto de El Ferrol unas 80.000 toneladas esperan desde el día 20 de marzo a ser transportadas por carretera. El paro de parte del sector del transporte que afronta su tercera semana y el pasotismo del Gobierno a la hora de encontrar soluciones han dejado efectos colaterales.

El representante sindical de UGT FICA Endesa Galicia afirma que «según fuentes del sector del transporte, el paro podría terminar en las próximas horas, por lo que esperamos que esta semana comience a llegar el carbón a la central», aunque no solo falta carbón, «nos falta también caliza para la desulfuración y este lunes nos ha llegado una cisterna de urea que es lo que utilizamos como catalizador para los óxidos de nitrógeno, es decir, para la desnitrificación».

La central de As Pontes volvió a ponerse en funcionamiento a finales del pasado mes de noviembre, después de varios meses parada. El carbón volvía a ser competitivo y se empezaba a operar de nuevo con uno de los cuatro grupos generadores con los que cuenta. Poco duró en funcionamiento, ya que una avería hizo que tuviese que parar de producir durante casi dos meses, hasta la madruga del 14 al 15 de marzo.

Ese día comenzó a trabajar, funcionando a mínimo técnico, ante las pocas reservas de carbón que quedaban en las instalaciones, que eran suficientes para generar 200 MW a la espera de la llegada de las 80.000 toneladas citadas, que se encuentran en el puerto ferrolano.

SIN SOLUCIONES, NI PARA EL TRANSPORTE NI PARA LA ENERGÍA

Cuando hace poco menos de un mes se supo que España iba a sufrir un paro de buena parte del sector del transporte los analistas se echaron a temblar. Pero, como es habitual, Pedro Sánchez y su extensa cohorte de ministros hicieron caso omiso. No les preocupaba.

El paro llegó, hace ya más de 15 días, y tampoco hicieron caso. No fue hasta superada la primera semana de paro cuando dijeron aquello de «esto se soluciona hoy sí o sí, no nos levantaremos de la reunión hasta que se solucione», pero entonces se reunieron con casi todos, menos con quienes habían convocado el paro. Llegaron a un acuerdo con quienes se reunieron, pero los convocantes del paro no lo aceptaron.

La reunión de urgencia del pasado viernes de la ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, con el portavoz de la Plataforma Nacional por la Defensa del Transporte por Carretera (entidad convocante del paro), Manuel Hernández, no tuvo éxito, y por el momento, ambas partes siguen enfrentadas en sus posturas. Mientras tanto, el carbón para As Pontes sigue en El Ferrol y estos días tienen que llegar otras 170.000 toneladas desde Indonesia.

Paradójicamente los trámites para desmantelar y clausurar la central térmica de As Pontes se agilizan en el momento en el que el carbón parece más necesario. La descarbonización avanza con el paso cambiado.

María Castañeda
María Castañeda
Redactora de MERCA2 de empresas y economía; especializada en energía, sostenibilidad y turismo.