Premio de consolación para Sánchez en el festival energético de Europa

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha regresado eufórico de la Cumbre de Bruselas, pese a haberse alzado con el premio de consolación habida cuenta de sus pretensiones. Acostumbrados a los puestos de cola en el Festival de Eurovisión, a la maquinaria de Moncloa no le cuesta colar como un triunfo la pequeña concesión del Consejo Europeo de considerar a la Península Ibérica (España y Portugal) como una «isla energética», un dudoso éxito para el que todavía no se conocen las propuestas concretas: habrá que esperar al 29 de marzo.

La baja interconexión eléctrica de la Península Ibérica con Francia ha sido el factor determinante para que la Europa de los Veintisiete ceda ante la petición de Sánchez de la consideración de «isla energética» del sistema eléctrico ibérico. Una interconexión, también insuficiente en la infraestructura gasista, algo que es responsabilidad de este Gobierno, tal y como recuerdan los socios de la UE.

El resumen de lo acontecido en Bruselas concerniente al ámbito energético en España es que Sánchez no ha conseguido doblar el brazo a la UE, como ha vendido tras la negociación. Más bien al contrario, el jefe del Ejecutivo español ha arrancado el beneplácito de Europa para tocar los precios de la electricidad. Abaratar así el recibo de la luz se podría traducir en un déficit de tarifa del que ya tenemos sobrada experiencia en España (70.000 millones de euros de las primas a las renovables) que pagaríamos los consumidores en cómodos plazos, por mucho que el Gobierno se lo quiera colocar a las ‘malvadas’ eléctricas.

En palabras de Pedro Sánchez, ha sido «un debate muy intenso»

Los mandatarios europeos se han visto obligados a contemporizar con los líderes de ambos países -también con Antonio Costa, presidente de Portugal- por la posición geoestratégica de la Península Ibérica como potencial hub energético para el viejo continente, de cara a la reordenación del mercado de la energía. Pese a la posición privilegiada de España como acceso de entrada del gas a Europa y sus implicaciones para los socios, los líderes de la Unión se las hicieron pasar canutas a Sánchez durante horas, antes de realizar una concesión que ya se barajaba en Bruselas.

«Lo que pasa en el Consejo se queda en el Consejo», ha afirmado Sánchez en declaraciones a los periodistas, que también ha reconocido que ha sido «un debate muy intenso» pero, a la vez, «constructivo».

LA «EXCEPCIÓN IBÉRICA» DE SÁNCHEZ

Finalmente la cumbre se cerró con un pacto por el que los líderes europeos acordaron una «excepción ibérica» que permitirá a España y Portugal adoptar medidas para rebajar los precios de la energía. Sánchez comparecía junto al primer ministro de Portugal tras más de nueve horas y media de debate para anunciar lo que ha calificado de «gran logro» para ambos países, que llevan meses trabajando en este sentido.

«A partir de hoy podremos poner en marcha medidas excepcionales y limitadas en el tiempo para reducir los precios» de la energía, ha señalado Sánchez, precisando que ambos gobiernos tendrán que presentar sus propuestas a la Comisión Europea para que de su aval, para lo cual se tendrá en cuenta «las condiciones especiales de la Península» como isla energética.

El presidente del Gobierno ha recalcado que es «una medida excepcional, temporal, que no supone subvencionar al gas, que no distorsiona los incentivos para las renovables ni los flujos eléctricos entre países» y que, en definitiva, «no distorsiona el mercado de la electricidad» europeo. «Nos va a permitir a ambos gobiernos rebajar los precios de la energía», ha remarcado.

Costa ha adelantado que España y Portugal presentarán sus planes «a principios de la próxima semana» y la Comisión Europea se ha comprometido a tratar «con urgencia» el asunto para responder cuanto antes y avalar que cumplen con el derecho comunitario, momento en el que los dos gobiernos podrán actuar finalmente. En comentarios a los periodistas, Sánchez ha adelantado que espera que el proceso esté resuelto en menos de un mes.

Moncloa ha indicado en un comunicado que el Gobierno establecerá un precio de referencia al gas que se utiliza para producir de electricidad que será sustancialmente más bajo que el que se utiliza ahora. Como el gas marca el precio diario de la electricidad, con esta medida se bajarán los precios de la luz.

Puesto que con ello los productores de electricidad que utilicen gas ofertarán sobre el precio de referencia, recibirán una compensación por la diferencia. Dicha compensación, «saldrá del sistema eléctrico, de los ahorros que se van a producir al bajar a todos los consumidores de electricidad los precios», ha precisado el Gobierno. Una afirmación que todavía deja incógnitas en el aire y que alimenta la incertidumbre de los directivos de las grandes eléctricas.

La compensación, ha añadido Moncloa, «se obtendrá de los beneficios extraordinarios que ahora ganan muchas centrales eléctricas y que, al dejar de ganarlos, permitirá bajar precios y realizar la compensación». «No van a ser ayudas públicas a las empresas del gas», ha remarcado por su parte Sánchez.

Por su parte, los líderes de la UE y la Comisión discutirán con los actores del mercado energético la fijación de un nivel máximo de precios para el gas o medidas regulatorias para los contratos para limitar el efecto contagio en los mercados de la electricidad, teniendo en cuenta las «circunstancias nacionales».

María Castañeda
María Castañeda
Redactora de MERCA2 de empresas y economía; especializada en energía, sostenibilidad y turismo.