Unicaja se convierte en una olla a presión con el Gobierno ‘out’

Una negociación laboral para deshacerse de 1.500 personas en la que no hay visos de acuerdo con los sindicatos, una huelga de los trabajadores, la duda sembrada sobre la posibilidad de que la sede social de Unicaja Banco deje de estar en Málaga y una petición por carta en la que se solicita al todopoderoso Braulio Medel que deje la presidencia de la Fundación Bancaria Unicaja (máximo accionista del banco). Estos son elementos hacen que Unicaja Banco sea, en este momento, una bomba de relojería, una olla a presión que puede estallar. Pese a ello, el Gobierno que preside Pedro Sánchez ha optado por la ausencia. El Ejecutivo ha preferido no presionar, al contrario de lo que hizo en los ERE llevados a cabo por tres entidades financieras de mucho peso. La semana que viene será decisiva para Unicaja Banco.

El Ejecutivo no está dando toques de atención a Unicaja banco

SÁNCHEZ Y TRABAJO NO SE MUEVEN

CaixaBank, BBVA y Banco Sabadell, recibieron en su día una carta de la Dirección General de Trabajo -que pertenece a un ministerio que está en manos de Podemos- en la que les conminó a negociar sus respectivos ERE hasta el final y suavizar al máximo el número de bajas. Sin embargo, el Gobierno no ha dado un solo toque de atención al respecto a Unicaja, cuya fundación bancaria preside Braulio Medel, ex viceconsejero del Gobierno Andaluz en época del PSOE.

Tampoco se ha implicado mucho el Ejecutivo andaluz actual, que encabeza el popular Juan Manuel Moreno Bonilla, pese a que Unicaja, que preside Manuel Azuaga, es una entidad que tiene su origen en la región. No obstante, Moreno Bonilla ha pedido a la entidad que «cualquier decisión que adopte sea dialogada e intentando proteger al máximo el empleo en Andalucía».

Está por ver si el Gobierno Central como la Junta de Andalucía deciden implicarse. El día dos de diciembre es el último para alcanzar un acuerdo sobre el ERE, salvo que las partes acuerden la prórroga. El banco puede aprobar las medidas sin acuerdo con los sindicatos, pero entonces la paz social saltaría por los aires. Si esto sucede, se entraría en un periodo de alta conflictividad social y laboral en la entidad.

La paz social saltará por los aires si Unicaja aplica las medidas sin acuerdo

MEDIDAS EXIGIDAS

La temperatura se ha elevado mucho por el hecho de que el banco sigue sin conceder nada en la mesa de negociación y el tiempo se acaba. De hecho, quedan tres reuniones y la fecha límite para el pacto es el 2 de diciembre. 

Para avanzar, los sindicatos reclaman medidas para que el ERE sea voluntario, entre ellas que entren al mismo los empleados de 55 años y que las condiciones económicas de las salidas sean las de Unicaja. También exigen que la movilidad geográfica no se toque, reclaman que haya homologación a la estructura salarial de Unicaja, así como 35 horas semanales en horario de ocho de la mañana a tres de la tarde.

El banco, que había prometido a las centrales una propuesta para acercas posturas considera las peticiones «difíciles de asumir». Esta postura impidió a la entidad desactivar la huelga convocada para el viernes 26 de noviembre, un parón que vino precedido de sendas movilizaciones de empleados. La entidad no dio datos de seguimiento, lo que permitió a los sindicatos apuntarse el tanto de la guerra de cifras habitual en las huelgas y manifestaciones. Según las centrales, el seguimiento fue del 93%.

El banco considera que las peticiones sindicales son «difíciles de asumir»

SEMANA DECISIVA

Esta huelga y las otras convocadas meten mucha presión a Unicaja, que ha visto como el ambiente se ha ido caldeando. Es el quinto banco de España por activos y si no firma un acuerdo, su reputación caerá en picado.

La temperatura subió muchos grados la mañana de la huelga al conocerse que el sindicato CESICA, con mucha implantación en Unicaja y federado en FINE, ha enviado una carta al presidente de la Fundación Bancaria Unicaja en la que se le pide que abandone el cargo. En el texto, se viene a responsabilizar a Medel de que el proyecto de Unicaja pueda estar en riesgo por dejar que el CEO, Manuel Ménéndez, que «puso en peligro la entidad de la que provenía [Liberbank], controle Unicaja. 

Además, el presidente de CESICA, Miguel Ángel Torre, exige a Medel en la carta que aclare cuánto cobra por presidir la Fundación Unicaja y si las retribuciones son las mismas que cuando estaba a la cabeza de la entidad financiera.

Asimismo, Torre critica que a Medel «no le preocupe el futuro de 1.500 familias de Unicaja». Sin ser una balsa de aceite, los sindicatos y Unicaja mantuvieron relaciones que les permitieron llegar a acuerdos que han garantizado la paz social, pero desde se produjo la fusión con Liberbank, y entró en escena Manuel Menéndez, las posturas duras de Liberbank en las relaciones laborales se han instalado en la mesa de negociación de Unicaja Banco. En la carta, Torre viene a responsabilizar a Medel por permitir este cambio frente a la tradición de la entidad de origen andaluz.

Braulio Medel es una persona que tiene gran capacidad de influencia en muchos ámbitos. Sin embargo, la misiva no busca que utilice su influencia para que Unicaja suavice su postura, sino que le reclaman que se marche. 

LA SEDE SOCIAL

El número uno de CESICA toca en el documento enviado a Medel un asunto que ha desatado una tormenta: la sede social de Unicaja. Este sindicalista vuelve a responsabilizar a Medel si permite que «la sede social de Unicaja [Málaga] esté en peligro». La Fundación Bancaria Unicaja ha salido al paso y considera que es una «especulación gratuita», mientras que el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, ha dicho que serán beligerantes y harán todo lo posible para que no suceda.

José María Lanseros
José María Lanseros
José María. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Redactor especializado en el sector financiero, en especial lo relacionado con banca y seguros. Me encanta mezclar y empresa y deporte y estoy empezando a tomarle el pulso al sector de las telecos.