La letra pequeña de la guerra entre Jaume Roures y Pere Rusiñol: viaje a 2014

Una campaña de crowdfunding llevada con éxito aportará los 5.000 euros que el periodista Pere Rusiñol necesita para defenderse de la denuncia de Jaume Roures por injurias tras haber asegurado en una entrevista concedida al diario catalán Regió 7 que el magnate había realizado prácticas escasamente edificantes.

Rusiñol aseguraba en la misma que no se atreve a pronosticar dónde trabajará «dentro de 20 años. Yo pensaba que me jubilaría en El País porque creíamos mucho en él, pero se fue todo al traste, y luego en Público tuve como patrón a Jaume Roures, otro estafador».

Según el periodista, Roures «controlaba la sociedad desde una empresa en Holanda, un paraíso fiscal, y eso a pesar de que nosotros criticábamos los paraísos fiscales. Cuando lo descubrimos ya había cerrado. Nos hizo un ERTE y nos rebajó el sueldo diciendo que salvaría el periódico, y no lo hizo. Nos dejó de pagar dos meses, y con el dinero se compró un restaurante de lujo en Barcelona. Y decía que era un proyecto de izquierdas».

DE AQUELLOS POLVOS

Roures lanzó Público en 2007 cuando Mediapro era la compañía mediática más favorecida por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Y cinco años después llevó a concurso de acreedores a este periódico que contaba con más de 150 trabajadores.

El empresario explicó los pormenores del cierre en un hotel de Beverly Hills, donde promocionaba a ‘Midnight in Paris’ de Woody Allen en su carrera a los Oscar. Roures se mostraba «muy jodido» y aseguraba haber hecho «grandes esfuerzos que han fructificado en un periódico que funcionaba, pero no creíamos que vendría esta crisis, que va a continuar muchos años».

«DE IZQUIERDAS»

Es cierto que aquel concurso de acreedores se prolongó más de lo que el empresario hubiera querido. Y es que Pere Rusiñol llevó recurrió esta medida y los abogados de Roures realizaron contra el periodista una defensa sorprendente: «Solo el señor Rusiñol se mantiene beligerante respecto a la conclusión del concurso de Mediapubli. ¿Por qué?», se preguntaban.

La defensa también decía que «el señor Rusiñol aboga por un periodismo de izquierdas» y aseguraba que «desde que se produjera el cierre del diario Público, el apelante no ha cesado de arremeter contra los motivos que fundaron dicho cese parcial de actividad tildándolos de aparentes y con fines políticos; y lo mismo ha ocurrido con la venta de la unidad productiva del negocio online del diario Público que se transmitió en el seno del concurso a Display Connectors, S.L., hoy también firme».

Cabe recordar que Display Connectors, controlada en 2014 por un socio del dueño de Mediapro y actualmente en manos del propio Roures, se hizo con Público a través de una subasta por solo 412.000 euros tras vencer a una cooperativa de los trabajadores que, según la Federación de Sindicatos de Periodistas, habían cobrado las indemnizaciones por su salida del periódico a través de Fogasa.

Los abogados de Roures también decían que a Rusiñol le movían «otros fines de índole personal: mostrar su disconformidad con el hacer de los administradores de Mediapubli y censurar toda su actuación. Está claro que lo que el señor Rusiñol busca con su recurso es ‘hacer ruido’ y seguir intentando llamar la atención de los medios por sus propios fines ‘políticos».

Roures también llevó a los tribunales a otro periodista por denunciar los vínculos de Mediapro con Holanda. En este caso la víctima fue el crítico televisivo Ferrán Monegal, que tras sentarse en el juzgado razonó lo que había visto: «Todo parece indicar que lo que pretende el señor Roures no es que yo rectifique, pues nada hay que rectificar, sino que lo que intenta es que me asuste. Seguramente pretende silenciarme». Quizá Rusiñol piense lo mismo…