El Liceo Europeo pierde su esplendor: el último entre la élite

La tradición ha mantenido al Liceo Europeo entre los más prestigiosos de Madrid, si bien, desde hace unos años, ostenta el dudoso privilegio de cerrar la cola del ranking de los mejores colegios privados de la Comunidad Autónoma. Algo así como el peor entre los mejores. Y esto sólo porque conserva su categoría de “colegio privado de élite” y “caro”, en caso contrario, lo más probable es que hubiera salido de tan selecto catálogo.

Pocas veces la evolución de un centro educativo ha suscitado tanto consenso entre padres y antiguos alumnos. En eso sí podría situarse a la cabeza de cualquier lista. Generalmente los argumentos a favor y en contra sobre un colegio suelen equipararse y se confunden entre opiniones poco objetivas, más basadas en vivencias personales que en razonamientos empíricos neutrales, y generalmente representan más al sujeto que al centro como objeto de análisis.

En este sentido, el caso del Liceo Europeo es único entre sus iguales. Los comentarios se repiten casi con la misma uniformidad, pese a su diversa procedencia y años de publicación. En resumen, en los últimos años cuesta encontrar percepciones favorables o recomendaciones del centro educativo en algún sentido. La primera conclusión es que el Liceo Europeo se ha quedado anclado respecto a sus competidores y se ha convertido en un colegio privado de renombrón venido a menos.

“No se les inculca el estudio ni la cultura del esfuerzo”, es una de las quejas más habituales en los distintos foros sobre colegios. “Mi sensación es que hagan lo que hagan, todos los niños van a sacar buenas calificaciones”, comenta otra madre de un alumno.

Por su parte el colegio defiende entre sus principios el conceder “gran importancia al juego para que los niños, desde su comienzo a los dos años, asocien la felicidad al Colegio”, así como que “el alumno crece y aprende en un ambiente emocionalmente seguro y creativo, porque la infancia y la adolescencia deben ser épocas de felicidad que se recordarán toda la vida”. En la misma línea, “el alumno es protagonista de su aprendizaje; investiga, descubre y crea sus propios libros de texto”.

Otros progenitores recuerdan con añoranza los tiempos pasados de este centro: “el alumnado ha empeorado drásticamente en los últimos años”, afirman. “Bajo la dirección del fundador, este colegio fue la referencia y envidia de la educación privada en España”, aseguran, con manifestaciones que deslizan un pensamiento bastante extendido del Liceo Europeo actual, “ahora, no es ni sombra de lo que fue y sus aulas cada vez se llenan más de rebotados de otros centros privados de la zona”.

Mientras, el centro saca pecho con datos contrastados. En su página web se pueden leer noticias como la de “dos alumnos obtienen 45 puntos (máxima calificación a nivel mundial) en los exámenes del Programa del Diploma del Bachillerato Internacional. El colegio Liceo Europeo destaca por ser el primer y único colegio de España que ofrece todos los Programas del Bachillerato Internacional (3-18 años)”.

ROTACIÓN DE PROFESORES Y TAMBIÉN ALUMNOS

Otra de las quejas, en este caso habitual en bastantes colegios privados, es la excesiva rotación del profesorado. El caso es que Liceo Europeo sufre una rotación excesiva según algunos comentarios “la rotación de los profesores es altísima” manifiesta una madre, mientras que un padre va más allá afirmando que “el buen profesorado se ha ido jubilando o saliendo del centro y se ha cubierto con personal muy inexperto y con poca libertad para desarrollar su actividad”.

Pero lo curioso del Liceo Europeo, no es tanto el baile de profesores, como la rotación de alumnos. Los estudiantes también salen pero en un número superior al de otros centros privados de su status, “de un año para otro la rotación de niños tiene una tasa altísima, mínimo de 8 niños que salen de una misma clase”.

CLASES CON DEMASIADOS ALUMNOS

“Clases con alumnos hacinados” es otra de las expresiones que señalan los problemas que algunos ven a la hora de mantener a sus hijos en el centro. Otros son más vehementes en sus afirmaciones, “venden humo y tienen alumnos hacinados y medios lamentables”.

Estos comentarios se repiten en el tiempo por lo que parece que el centro no ha sabido encontrar la solución al problema. Ya hace varios años que un padre mostraba su malestar por el elevado número de alumnos en las aulas dando incluso datos concretos, “clases masificadas con hasta 35 alumnos por aula”.

INFANTIL SE SALVA DE LAS QUEJAS

Las críticas y comentarios favorables transmiten la sensación de que el Liceo Europeo centra todos sus esfuerzos en la Educación Infantil, período escolar en el que sí recibe alabanzas de varios padres, pero que después iría descuidando paulatinamente a su alumnado.

“Muy buen centro para infantil, mediocre para primaria y catastrófico en secundaria y bachillerato”, “todo funciona bien en los cursos bajos, pero los niños van creciendo, puedes ir comparando lo que saben con niños de otros colegios, y la percepción va cambiando” o “desde nuestra experiencia, todo funciona muy bien de pequeñitos”, son algunos de los comentarios que dejan entrever que la satisfacción inicial de los padres va tornándose en descontento según van creciendo los hijos y pasando de ciclos.

“Todas las mejoras se dedican a la educación infantil”, comenta un padre que ve un trasfondo en esa circunstancia, pues piensa que se hace “para captar a los padres, pero en primaria empiezas a darte cuenta de la situación real”.

GRAN ESFUERZO DURANTE LA PANDEMIA

El colegio hizo un gran esfuerzo durante los peores momentos de la pandemia y, por ello, también recibe elogios: “he de reconocer que durante el confinamiento las clases online funcionaron muy bien y, al menos los profesores de mi hija, se involucraron al máximo”. 

Aunque hay quien no esperaba menos habida cuenta de la cuenta mensual desembolsada, “sí, tengo que decir a favor que durante el confinamiento el colegio ha funcionado a la perfección en las clases, pero era lo esperable por el dinero que se paga”.

INSTALACIONES INFRAUTILIZADAS

Las instalaciones suelen ser uno de los mejores reclamos de los centros educativos privados. Normalmente es algo que deslumbra a los padres, hasta el punto de ser determinante en muchos casos para decantar la balanza hacia un colegio u otro. En este sentido, también hay voces que evidencian que el Liceo Europeo se ha quedado atrás.

“Instalaciones que están por debajo en calidad que otros centros de la zona” o  pistas de pádel que “solo las usan de pequeñitos, la piscina dejan de usarla cuando entran a secundaria, los laboratorios mi hija no los ha pisado todavía ni para saber lo que es un microscopio”. Con parecidas palabras también se expresaba otro progenitor “los laboratorios no son casi usados por los alumnos, que si bien van a ellos, solo copian textos sin usar material”.

CUATRO DÉCADAS DE VIDA

Fundado por el palentino Arsenio Inclán Alonso hace casi cuatro décadas, el Liceo Europeo promete un proyecto educativo individualizado que conjuga seis factores fundamentales: clima afectivo, flexibilidad, enseñanza activa, proyecto educativo, resultados e ideología y valores.

Su misión consiste en ayudar a la formación del pensamiento crítico de los alumnos, para que estos se sientan responsables de su propio desarrollo intelectual y adquieran los valores humanos necesarios en su educación, inspirándose en los principios pedagógicos de la Institución Libre de Enseñanza.

Además se pretende hacer al alumno protagonista de su aprendizaje -Enseñanza Activa-, en sus características y variedades personales, inteligencias múltiples, etc, según la información que emplea el propio centro para describir su su modelo educativo.

María Castañeda
María Castañeda
Redactora de MERCA2 de empresas y economía; especializada en energía, sostenibilidad y turismo.