Los atuneros españoles plantan cara a los piratas chinos por el atún blanco

Las latas de conservas de atún son una pieza clave en las despensas españolas. Numerosos informes aseguran que, desde la pandemia, su consumo se ha incrementado exponencialmente. Pero la llegada de este atún al plato está marcada por un una polémica que va en aumento. Las flotas españolas y europeas se enfrentan a los piratas chinos en los principales caladeros donde se pesca este producto.

Y es que se trata de un recorrido muy largo. Para que este atún blanco o tropical acabe en su respectiva lata, primero debe ser capturado. Para ello, desde la Unión Europea se establecen unas cantidades específicas dependiendo del número de especies que haya. En 2020, España podía capturar 380.000 toneladas anuales.

Pero, ¿cómo se otorgan estas cuotas? “Las flotas no salen a pescar libremente, sino que está muy regulado. El sector pesquero tiene muchos tipos de artes de pesca, muchos tipos de pesquería. Concretamente esta del atún, son pescas de largo recorrido. Se van a pescar atún al Índico, Pacífico y Atlántico y la flota española tiene presencia en los tres. El tema del atún lo regulan las Organizaciones Regionales de Pesca, que son unos organismos que se reúnen una vez al año y que están conformados por los países que pescan en ciertas zonas, los gobiernos y administraciones de esas zonas. Entre todos deciden que se puede pescar y a las flotas que están operando en esas zonas que le toca a cada una. España está representada por la Unión Europea. En estas reuniones de las ORP el representante de nuestra flota es la UE”, afirman fuentes de MERCA2.

Una vez que se deciden la cuota, la UE reparte entre los países miembros la cantidad que le toca a cada país. En España, una vez tenemos esa cuota, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación distribuye esa cuota entre las distintas empresas que se dedican a pescar atún. Una vez que están asignadas las cuotas a las flotas españolas, que normalmente tienen sede en País Vasco y Galicia, los barcos salen a pescar.

APARICIÓN DE LA FLOTA ILEGAL CHINA

Un factor clave en todo este proceso y que fundamenta la cuota de pesca es la sostenibilidad. “En estas ORP hay un comité científico que mide cuantos peces hay en el agua, como evoluciona el espectro, si se reproduce de manera adecuada, etc. En función de si hay abundancia o no de la especie, reparten cuota y se la dividen entre los actores”, cuentan fuentes pesqueras.

Hasta aquí todo es correcto. El problema surge cuando estas flotas legales se desplazan hacia los tres puntos para comenzar la captura ya que ahí se encuentra la flota ilegal china. “La flota china está al margen de toda legislación internacional, duplica matriculas para que parezca que solo hay un barco cuando en realidad hay tres, practican esclavismo a bordo con cadenas y demás, hay niños a bordo trabajando sin ningún tipo de salario, etc. Ellos también pescan en estas zonas, pero no lo declaran, no llevan diario de a bordo ni diario de capturas, ni informan sobre cuantos peces han capturado, o llenan el barco de pescado, hacen un transbordo en alta mar y el barco se queda vacío y siguen pescando”.

El problema surge cuando los organismos científicos de estas ORP tienen que decidir cómo está la especie. Toman los datos de todas las flotas que hacen las cosas de manera transparente. De hecho, ni siquiera se sabe el número de barcos que compone la flota pesquera china, ni cuanta es la capacidad de tonelaje de sus barcos. Esto ha hecho que se esté reduciendo cuota de algunas especies que las asumen los legales, pero los chinos quedan al margen.

El mercado está sufriendo distorsiones por la pesca desaforada de la flota china

Sin embargo, lejos de cortar las alas a las flotas ilegales, Europa compra parte de ese atún. “Europa, que es bastante estricta con las flotas europeas, compra atún chino porque es más barato. Los costes de producción son infinitamente más baratos que los de la flota europea. Como hay mucha demanda en el mercado europeo de atún, los conserveros se los compran a los chinos porque son más baratos. Entonces los europeos estamos exigiendo a las flotas que cumplan la normativa, sean estrictos y transparentes. Pero compran lomos de atún chino sin ningún tipo de normativa. Muchas veces, en el supermercado, estamos comprando latas de atún ilegal”, argumentan desde el sector atunero.

Curiosamente, no hay datos que arrojen luz sobre si sería necesario esta importación extra de atún. Según algunos armadores, sería suficiente con el que se pesca. “Lo que ocurre es que la UE, a principio de año, previendo que no va a haber el suficiente atún para la industria, crea los contingentes libres de arancel y son toneladas de atún que la UE importa, al margen de su flota, para poder satisfacer el mercado. Estas toneladas se mantienen retenidas en un puerto hasta que se abre el periodo de importación de contingentes haciendo que el precio se desmorone”, explican.

Julio Morón, director gerente de OPAGAC, detalla que “Europa no puede continuar con los ojos cerrados ante estos hechos e importando pescado procedente de estas flotas, incluidos los exentos de aranceles, para consumo interno de los ciudadanos de la UE”.

Por su parte, el secretario general de Cepesca y presidente de Europêche, Javier Garat, explica que “dada la naturaleza estratégica y altamente competitiva del mercado del atún, urgimos a la Comisión Europea a iniciar una investigación antidumping y anti-subvenciones, con miras a establecer lo antes posible medidas compensatorias contra las exportaciones de atún a la UE. No es aceptable que los países vinculados con la pesca IUU y con graves abusos laborales se beneficien de acceso preferencial al mercado, ya que debería de ser justamente lo contrario. La UE debe trabajar para lograr una verdadera igualdad de condiciones para los productos del mar producidos en la UE y los producidos en terceros países y en este sentido, los contingentes libres de arancel están recompensando actualmente a aquellos que hacen la vista gorda con la sostenibilidad de las poblaciones de peces y el trato injusto de las personas”.

LA FLOTA ESPAÑOLA MUEVE FICHA

Estas prácticas hacen que, más allá del papel del pescador, entre en conflicto la del conservero, el encargado de transformar ese lomo en una lata lista para vender. El mercado de procesamiento de atún también compra el lomo de atún más barato. Con esto, los barcos empiezan a descargar atún en otros destinos que no son Europa y la gente monta plantas procesadoras en otros países, como Honduras. Entonces lo que traen directamente son las latas. “El mercado está sufriendo una serie de distorsiones que vienen motivadas por la pesca desaforada de la flota china. Además, lo hace en cualquier país porque al estar fuera de la legalidad van a su bola y crean estas distorsiones”.

De momento, la flota española es la única que ha movido ficha para intentar acabar con esta lacra. “La flota española ha respondido empezando a crear sellos de calidad, que no solo reconocen que son sostenibles y de calidad. Entre ellos está el APR, que es el único que existe en el mundo en cuanto a la pesca de atún tropical. En España este certificado lo otorga AENOR”. Además, estos sellos garantizan la trazabilidad del producto de la lata. La flota atunera está buscando diferenciarse para que sus latas sean preferidas antes que una de marca blanca. La flota también demanda que a esas importaciones se les exija los mismos estándares que a la producción comunitaria. Pero, de momento, no lo han logrado.

Tanto los supermercados como los consumidores se están empezando a dar cuenta de esta problemática y exigen esa calidad. Desde el sector están viendo como cadenas y población están incrementando el consumo de producto español poniendo en valor, así, su calidad.

Lidia Vega
Lidia Vega
Redactora de economía y empresas especializada en Distribución, Alimentación y Consumo