Verano clave para Prisa, Atresmedia, Telefónica, RTVE y Unidad Editorial

Los capos mediáticos sueñan con la playa tras una temporada eterna. Especialmente trepidante ha sido la campaña en el Grupo Prisa, que bajo el pilotaje de Joseph Oughourlian prepara división (Medios y Educación).

La primera pata, la de la influencia, está controlada por Carlos Núñez y supervisada por «el hombre que siempre estuvo ahí», Miguel Barroso. Y esta Prisa Media quiere meter sus ahorros el Grupo Godó, que quiere desvincularse definitivamente del procés con una acción visible en Madrid.

Oughourlian está viendo con buenos ojos como la línea editorial de El País se pliega a la de los intereses del Gobierno. El periódico fundado por Jesús de Polanco ha recuperado el progresismo añejo y ha superado la barrera de los 100.000 suscriptores digitales, dato que anima a la redacción.

Menos animosa está la situación en la Cadena SER, donde al menos Prisa garantiza que no habrá despidos pero sí recortes a los altos directivos. La mayoría están recién aterrizados: María Jesús Espinosa de los Monteros se ha convertido en la nueva jefa de Prisa Audio tras la caída de Daniel Gavela, que diseñó la parrilla de la próxima temporada y lanzó SER Podcast poco antes de su salida.

También anda feliz el Gobierno con la rebaja de las hostilidades por parte de Atresmedia, que prepara un lavado de cara para La Sexta con un baile de caras que llevará a Iñaki López y Cristina Pardo a las tardes, a José Yélamo a los sábados noche, a Nuria Roca a los domingos por la tarde y a Mamen Mendizábal al prime time.

En el grupo, todavía está por resolverse quién relevará a José Ramón de la Morena en las medianoches deportivas de Onda Cero y quién ocupará el tramo matinal de Europa FM tras el despido del controvertido Javier Cárdenas.

Menos incógnitas existen sobre la próxima temporada de Mediaset, que prepara el regreso de ‘Gran Hermano VIP’ para septiembre y pretende levantar Cuatro con un nuevo formato de investigación que conducirá Risto Mejide.

Donde habrá que esperar tiempo para advertir las novedades será en RTVE. Y es que el nuevo presidente José Manuel Pérez Tornero tiene que resolver la estructura de la Corporación pública antes de aplicar el torrente de ideas que ha anunciado.

Algunas de ellas afectarán a La 1, que estrenará nuevos espacios para el mediodía, extenderá ‘España Directo’ en las tardes y podría contar con un nuevo espacio en el access prime time para competir contra ‘El Hormiguero’.

También es tiempo de cambios en Telefónica tras la caída de Fernando Jerez y Álex Martínez-Roig. Cristina Burzako se ha convertido en la nuevo CEO de Movistar+, que podría anunciar la renovación de David Broncano antes de intentar volver a ganar la subasta liguera.

No entrarán en subasta ni Telemadrid, que estrenará un nuevo director general afín a Díaz Ayuso y Miguel Ángel Rodríguez, ni TV3, que pasa a estar controlada por ERC tras la caída de Junts. Es decir, Jaume Roures ganará más dinero y Pilar Rahola, menos.

Pendiente del negocio de Roures está Pablo Iglesias, que vive tiempo de cambios en lo personal y profesional. El exvicepresidente del Gobierno podría estar diseñando un nuevo proyecto audiovisual de combate que estaría apadrinado por el magnate de Mediapro.

Roures, que dejó de ser un ‘brujo visitador de La Moncloa’, todavía se duele porque el Gobierno maniobró contra sus intereses en la subasta sobre el Grupo Zeta. Aquella carrera la ganó Prensa Ibérica, que prepara un nuevo diario estatal bajo la dirección de Fernando Garea.

Al nuevo diario se le presume tan afín a Pedro Sánchez como lo es Infolibre, que tras ser rescatado por José Miguel Contreras ve con simpatía como sus peones (Daniel Basteiro o Cristina Monje) ganan peso en Onda Cero o El País.

Menos sintonía con Sánchez existe en Unidad Editorial (liderado por Marco Pompignoli, que sacará la tijera), Vocento (con Luis Enríquez al frente), El Economista (que vive días de tensión tras la fuga del inversor mexicano Raúl Beyruti) o Ábside Media (idea de Barriocanal para enterrar las pérdidas de Trece en los beneficios de COPE, Cadena 100 y Rock FM).

Estos grupos son críticos con el Gobierno, que prepara nueva ‘ley Audiovisual’ que quizás clarifique la financiación de RTVE y obligue a Netflix y compañía a tener los mismos derechos y obligaciones que sus competidores.