El portazo a AstraZeneca abre la puerta a una aprobación inminente de Curevac

La guerra abierta entre la Unión Europea y AstraZeneca llega a su final. Así, el comisario europeo de Mercado Interior, Thierry Breton, aseguró el pasado domingo que la UE no renovará el contrato de suministro con la farmacéutica. Unas declaraciones esperadas, por la difícil relación entre ambas partes, y que puede implicar que la aprobación del uso de la vacuna de la alemana CureVac sea inminente. De hecho, los plazos iniciales ya hablaban de mayo y, a su vez, los ejecutivos de la compañía señalaron recientemente que el proceso se había adelantado.

Pero para su aprobación rápida, la compañía alemana deberá ofrecer primero los datos de su último estudio, de Fase III, que involucró a cerca de 40.000 voluntarios. Unas cifras que podrían estar a punto de ser publicadas, dado que se han empezado a dar las condiciones necesarias, según los ejecutivos de la firma. La razón es que este tipo de pruebas necesitan de dos factores principalmente. El primero es el paso de un tiempo prudencial, que contempla desde los plazos para inocular las dosis como para estudiar los primeros efectos adversos.

Un primer paso que prácticamente se da por hecho, dado que el inició del experimento se remonta a enero. En el caso de la vacuna de BioNTech y Pfizer, que tan buenos resultados ha obtenido, el tiempo transcurrido fue entre julio y noviembre. Aun así, todavía queda un factor que puede acelerar, o frenar, el desarrollo de la prueba: el número de infecciones entre los participantes. La razón es que para evaluar la eficacia de la vacuna es necesario que se infecte un número determinado de voluntarios. Así, el siguiente paso es determinar cómo les ha ido a las personas que han recibido las dosis y cómo a los que se les ha subministrado placebo.

CUREVAC Y LA EMA TRABAJAN DESDE FEBRERO PARA ACELERAR SU APROBACIÓN

Al final, la afamada eficacia no es más que un estudio de la evolución del grupo que ha sido vacunado frente al que ha recibido el placebo. Por ello, a medida que los contagios crecen en los países elegidos, los estudios se pueden finalizar antes. En el caso de CureVac, ésta fase de infecciones ha acelerado en las últimas semanas. Así, el propio presidente ejecutivo de la firma alemana, Franz-Werner Haas, explicó a Reuters recientemente que «los casos de infecciones están llegando rápido». En otras palabras, los datos pueden llegar ya en cualquier momento.

Aun así, la publicación de unos datos sólidos no implica per sé una aprobación rápida. El siguiente paso es que la compañía pida la autorización a la autoridad pertinente, en este caso la Autoridad el Medicamento Europeo (EMA), y que ésta, en última instancia, le dé el visto bueno para comenzar su distribución. El proceso puede conllevar también algunos días. De hecho, para el caso de Pfizer la aprobación llegó casi mes y medio más tarde de la presentación de las cifras de su Fase III.

Por suerte, ese proceso también se puede acelerar. De hecho, CureVac y la EMA llevan trabajando juntos, compartiendo información, desde el pasado mes de febrero, de tal manera que una vez salgan esos datos una parte muy importante del trabajo esté hecha. Con ello, se reduce drásticamente el tiempo de aprobación por parte de la EMA. La conjunción de todos esos factores positivos es la esperanza de que pronto vea la luz una nueva vacuna en Europa, una cura, además, que tiene como principal benefactor a Europa.

LA VENGANZA DE LA UE

De hecho, esa es una de las claves de todo el proceso y, es que, la firma alemana tiene como mayor comprador a la UE, con un contrato que podría rondar las 450 millones de dosis, una cantidad suficiente para contrarrestar la no renovación del contrato con AstraZeneca. Además, ofrece una serie de puntos muy positivos para Bruselas tanto desde el punto de vista político como de salud.

En primer lugar, con CureVac la UE se reserva un tratamiento preferencial para recibir millones de vacunas en los próximos meses. Algo que no pasaba con AstraZeneca. De hecho, la farmacéutica británica apenas ha subministrado a Europa un 40% de las comprometidas a estas alturas. En segundo lugar, Bruselas asesta un golpe de publicidad científica en el territorio. Así, elimina de la ecuación al nuevo archienemigo, Gran Bretaña de donde procede AstraZeneca, y demuestra que sus firmas son capaces de ‘salvar’ de la pandemia a la población. De hecho, las dos grandes administradoras de vacunas serán alemanas: CureVac y BioNTech.

Por último, se elimina al temor de los trombos. Uno de los grandes males de AstraZeneca ha sido su mala publicidad por episodios de coagulación en algunos vacunados. Pero eso se podría eliminar con CureVac, al menos, en principio. Al fin y al cabo, la firma alemana utiliza la misma tecnología que Pfizer o Moderna basada en el ARN y no la de virus atenuado que ha generado más problemas, como también se ha visto con Janssen. Al final, una vez que la UE ha logrado estabilizar y acelerar el volumen de dosis que llegan al territorio también ha podido vengarse de la farmacéutica y del Gobierno inglés.

Pedro Ruiz
Pedro Ruiz
Colaborador de MERCA2