Abanca dispara sus números rojos tras la toma de control de Nueva Pescanova

Abanca elevó notablemente el agujero que le está causando su incursión, y toma de control, en Pescanova durante el primer trimestre de 2021. Así, la entidad que preside Juan Carlos Escotet notificó ante la CNMV que se vio obligada a reconocer hasta 18,8 millones de euros por «perdidas correspondientes a Nueva Pescanova«. Aunque no fue la única ‘causa gallega’ que le ha hecho perder dinero en los primeros meses del año, de hecho, su posicionamiento en el capital del Deportivo de la Coruña le arrojó números rojos por 2,48 millones en apenas tres meses.

La historia entrelazada de Abanca y Nueva Pescanova es reciente. El pasado 3 de abril de 2020, la firma adquirió un paquete de títulos que equivalía al 39,8% del capital social de la compañía alimenticia. Con ello, la posición total del banco pasó a ser del 80,46%. Un porcentaje que incrementó semanas atrás. Así, Escotet dio la orden de acudir a la ampliación voluntaria ejecutada en la empresa y que le permitió elevar su participación hasta el 97,48% actual.

Una operación que ha sido la principal causa de que las pérdidas asumidas por el banco se hayan disparado. De hecho, el resultado registrado desde la toma de control de Nueva Pescanova (dentro del epígrafe ‘Ganancias o pérdidas después de impuestos procedentes de actividades interrumpidas’) era de poco más de dos millones de euros a 31 de diciembre de 2020. Una cifra que se ha multiplicado con fuerza hasta los 18,8 millones en los tres meses posteriores, que comprenden la operación, que supone una pérdida total cercana a los 21 millones.

ABANCA BUSCA UN SOCIO PARA PESCANOVA

El agujero generado por la compañía gallega ha llevado a Abanca a acelerar la búsqueda de un socio industrial para reflotar la compañía. La meta final es lograr vender toda su participación, con plusvalías, en el medio plazo. Así, la propia entidad defiende que «la operación se formalizó con el objetivo de poner en valor la compañía mediante un plan de reestructuración y, en un plazo no muy largo, dar entrada a un socio industrial que tome una participación mayoritaria por lo que los Administradores del Grupo han elaborado un plan para su venta efectiva«.

En la misma situación se encuentra la participación que mantiene la firma financiera en el Deportivo de la Coruña: con la intención de reflotar el club para luego vender generando plusvalías. Pero el escenario, como con Pescanova, es muy complicado. De hecho, el valor intrínseco del equipo coruñés ha caído con fuerza. En concreto, el valor de marca, conocido como Good Will, se desplomó en picado por debajo de los tres millones pese a que a finales del 2020 era de 18 millones. La razón es que Abanca tuvo que registrar un deterioro en el balance de la sociedad deportiva por unos 15 millones.

Pese a todo, las pérdidas asumidas por Escotet son mucho más pequeñas en el caso del club coruñés. Así, los números rojos registrados por Abanca desde que el 28 de julio de 2020 se convirtiera en el máximo accionista del Deportivo de la Coruña ascendían a 5,2 millones de euros. Una cantidad que se desglosa en 3,9 millones hasta finales del año pasado a los que se han sumado las pérdidas por otros 2,4 millones en el primer trimestre de 2021.  

Pedro Ruiz
Pedro Ruiz
Colaborador de MERCA2