Verdades y mentiras de los sexshop

De un tiempo a esta parte existe un cambio de mentalidad importante. Hoy día estamos abiertos a nuevas sensaciones y emociones, y la concepción del sexo como algo tabú y prohibido ha cambiado por completo. Un ejemplo de este cambio importante en nuestra forma de ver y entender las relaciones sexuales se encuentra en los sexshops o tiendas eróticas.

Los prejuicios que suponían una barrera infranqueable para disfrutar del sexo han pasado a la historia. Además, existe una educación sexual más abierta y tolerante, algo que ha contribuido a que los sex shop se vean como un establecimiento más, no como algo oculto y clandestino.

Y puesto que la tecnología ha inundado nuestro día a día para facilitarnos la vida, los sex shop online emergen como una alternativa más para poder comprar todo tipo de juguetes y artículos eróticos desde casa, como es el caso de VivelaVita sex shop, una web muy conocida donde encontrarás un poco de todo.

Los viejos prejuicios tirados a la basura

Hace unos años, sólo los hombres acudían a los sexshops. Hoy, las mujeres, libres de prejuicios, acuden solas o con sus parejas con total libertad. Sin embargo, los cambios no solo se basan en una cuestión de género, sino de edad. La franja de edad de los clientes que acuden a estos establecimientos ha aumentado y los mayores de 45 años los visitan con naturalidad.

Lo mejor de todo es que estos establecimientos disponen de todo tipo de productos, adaptados a diferentes gustos y necesidades. Se trata de auténticas tiendas comerciales, en las que poder comprar cualquier artículo, cuando en el pasado se limitaban a hacer espectáculos eróticos y tenían poca variedad de productos únicamente para hacer regalos en despedidas de soltero.

Hoy en día, no sólo entramos a los sexshops por satisfacer una mera curiosidad, sino para buscar artículos determinados o comprar productos con los que experimentar nuevas sensaciones en solitario o en pareja.

El sexo dejó de ser un tema tabú y hablar de vibradores, dildos o succionadores de clítoris no resulta escandaloso para nadie. Sin embargo, los productos sexuales, además de satisfacer nuestros deseos y fantasías, tienen otra faceta social muy interesante relacionada con la información y la divulgación.

No a la prohibición, sí a la información sexual

Muchos sexshop a través de talleres o blogs incluidos en sus webs, explican los beneficios de los juguetes eróticos, cómo funcionan y se dedican a resolver las dudas de los usuarios. Sus esfuerzos son de gran ayuda para normalizar el tema y dar cabida a las diferentes prácticas sexuales que existen.

Hace tiempo que las tiendas eróticas dejaron de verse como algo prohibido. Los productos que ofrecen forman parte de una selección muy cuidadosa, lo que no significa que no estén al alcance de cualquier bolsillo. Además, comprar un juguete erótico se puede hacer con la mayor discreción.

Por todas estas razones, las tiendas eróticas han experimentado una evolución sin precedentes y la venta de juguetes sexuales se ha convertido en uno de los principales sectores del comercio económico en los últimos años.