La venganza de Puigdemont contra Ferreras y AR les deja sin Reyes

Ana Rosa Quintana se enorgullecía en febrero de 2018 tras haberse atrevido a publicar los pantallazos de unos mensajes entre Carles Puigdemont y Toni Comín que dejaban claro las dudas existentes entre los líderes del procés.

«Mire usted, hemos dado un scoop mundial y le hemos dado la apuntilla al procés y lo que me extraña es que esto no lo hubiera hecho antes alguien», aseguraba la reina de las mañanas con una evidente felicidad por la derivada política que supuestamente había provocado quizás la única exclusiva política que ha logrado su programa en quince años en antena.

Cuatro meses antes Antonio García Ferreras, que también fue sido acusado de haber contribuido a apuntillar el procés, salía del Parlament escoltado por los Mossos entre gritos de «traidor». «Nos han insultado y amenazado de muerte», se lamentaba el rey del segundo bloque de las mañanas.

LA VENGANZA DE CARLES PUIGDEMONT

Carles Puigdemont, muy molesto con la cobertura unionista de las televisiones españolas sobre el procés, se ha cobrado una fría venganza en uno de los momentos más bajos de los principales grupos audiovisuales en abierto.

Y es que el expresident, reciclado como eurodiputado y alicaído líder independentista en el exilio, ha conseguido que sus legítimas maniobras políticas en Bruselas dejen a Atresmedia y Mediaset sin parte de los quince millones de euros que el Gobierno de España decidió repartir como ayuda a cambio de que las cadenas elevasen su cobertura mínima del 90 al 96% del territorio estatal.

El Gabinete de Pedro Sánchez aseguró que daba luz verde a la ayuda para «compensar una parte de los costes de los prestadores del servicio de comunicación audiovisual de televisión digital terrestre de ámbito estatal, derivados de mantener durante un plazo de seis meses determinados porcentajes de cobertura poblacional obligatoria».

AYUDA RETIRADA TRAS LA MANIOBRA DE PUIGDEMONT

Puigdemont preguntó en Bruselas sobre «la posible violación de las normas de competencia» del Gobierno de España por el «trato preferencial» dispensado a todas las televisiones en abierto (desde Trece hasta Real Madrid TV).

La vicepresidenta de Competencia de la Comisión Europa, Margrethe Vestager, aseguró que «la Comisión confirma que mantiene contactos con España en relación con el Real Decreto ley 11/2020. Dado que esos contactos se encuentran en curso, la Comisión no puede, por el momento, pronunciarse acerca de los próximos pasos posibles ni predecir el resultado del procedimiento de ayuda estatal».

La Comisión Europea explicó hace unos días que la ayuda ha sido retirada a las televisiones: «Podemos informar de que el Reino de España recientemente ha retirado la pre-notificación con respecto al decreto 11/2020″.

EL GOBIERNO Y LAS TELEVISIONES

La cuenta de Twitter de Pablo Iglesias y el portal La última hora dan cuenta de los recurrentes enfados de Podemos contra comunicadores televisivos como Vicente Vallés, Ana Rosa Quintana o Pablo Motos.

Pero a nadie se le escapa que el PSOE está muy cómodo con un espectro televisivo donde las escasas hacia Pedro Sánchez son casi nulas. Tan solo algún dardo velado de Motos y los editoriales de Vallés, que tampoco crean que derrumbará gobiernos, parecen inquietar a Iván Redondo.

EL GURÚ DE LA MONCLOA

Iván Redondo otea la vista y se sabe protegido: el Grupo PRISA sigue sin volver a ‘manos extrañas’; RTVE ha sufrido un giro progubernamental de la mano de Enric Hernández, que ha apadrinado la nueva tertulia de Jesús Cintora; y Pedro Piqueras esta semana le dispensó a Pedro Sánchez un masaje muy cómodo.

¿Y Atresmedia? Inquieta, pero sin quemar: Antonio García Ferreras no parece enredar políticamente tanto como ataño. Eso sí, ‘Antena 3 Noticias’ y La Razón han dejado de ser dos ‘entes insípidos’ políticamente para desgracia de Podemos.