Los pilotos ceden y Vueling sobrevive al crudo otoño de las aerolíneas

Vueling ha llegado a un acuerdo con sus pilotos: ellos renuncian a parte de su salario y la aerolínea se compromete a mantener los puestos de trabajo. El ajuste afectará a los más de 1.000 profesionales que trabajan para la aerolínea y estará en vigor durante todo 2021. Las condiciones acordadas se han concebido priorizando la necesidad de supervivencia de la compañía ante la «mayor crisis de la historia de la aviación», devenida por las restricciones a la movilidad a causa de la pandemia de coronavirus. Las líneas aéreas se conforman con resistir, minimizar pérdidas y garantizar la liquidez.

El pacto sellado por la dirección de la compañía y la sección sindical de Sepla recoge los términos que permitirá a Vueling conservar el número de trabajadores, pero bajo un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) y repartiendo la carga de trabajo entre toda la plantilla.

La compañía podrá recortar gastos laborales fijos a través de esta «importante rebaja salarial», que han asumido los pilotos y que está «acorde» a la reducción de producción de la aerolínea perteneciente al ‘holding’ IAG, puesto que los afectados percibirán un salario proporcional a la actividad realizada.

Los pilotos también han aceptado la cesión de la compensación económica de otros conceptos como la actualización salarial, el bonus de productividad o el plus de programación libre. Además se ha pactado una fórmula que otorga flexibilidad a la compañía para poder disponer de la plantilla necesaria para todos los vuelos programados en caso de eventualidades, además de distintas figuras de aumento de productividad.

En los casos de cierre de bases, los pilotos tendrán la oportunidad de trasladarse de manera voluntaria a la base de Barcelona, o a determinados destacamentos (bases temporales) que abra la compañía en función de las previsiones de tráfico aéreo.

La Sección Sindical de Sepla en Vueling valora positivamente la firma de este acuerdo, que estará vigente hasta el 31 de diciembre de 2021, momento a partir del cual volverá a aplicarse el III Convenio Colectivo de pilotos de Vueling en su integridad.

EL CRUDO INVIERNO DE LAS AEROLÍNEAS

Las aerolíneas hacían recientemente una previsión del invierno y cierre de ejercicio. El resultado recoge incontables incertidumbres, pocas certezas y una conclusión demoledora. El primer hecho cierto es que sin confianza no hay agresivas estrategias low cost capaces de movilizar la demanda. Además, las líneas aéreas ya sólo se conforman con sobrevivir, es decir, tratan de minimizar pérdidas y garantizar la liquidez. Como consecuencia, la recuperación de los niveles pre-covid, no llegará antes de 2024.

La pandemia desatada ha dejado una crisis aérea sin precedentes en todos sus segmentos: vuelos nacionales, internacionales, low costchárter y cargueras en todas las zonas geográficas, aunque con desigual incidencia. En las primeras semanas de confinamiento, la repatriación y la carga mantuvieron los últimos latidos previos a la hibernación en tierra de las flotas comerciales.

Con el verano llegaron las ganas de viajar –en junio, julio y agosto se operó el 36% de los vuelos en España en relación al mismo período de 2019– y, con ellas, un tráfico intercontinental casi inexistente y las sucesivas restricciones intraeuropeas, muy focalizadas en España, que cayeron como losas, con sus cuarentenas y sus cancelaciones.

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En agosto ya se operó el 55% de los vuelos respecto al mismo mes de 2019, “un mal dato que palidece todavía más frente a otro de comportamiento de la demanda de pasajeros: sólo uno de cada cinco pasajeros que voló en el verano de 2019, ha volado este año”, manifestaba Javier Gándara, presidente de la Asociación de Líneas Aéreas (ALA), durante la presentación del balance del verano y las previsiones para el invierno, hace algo más de un mes. El acumulado de pasajeros era -en esa fecha- del 22% desde enero, en referencia al mismo período anterior.

“Las compañías aéreas nos encontramos en una situación de supervivencia. Hemos logrado superar la campaña de verano, pero las perspectivas para esta temporada de invierno y de cierre de año alejan el horizonte de la recuperación“, vaticinaba el presidente de ALA.

PERDIDAS DE 15.000 MILLONES PARA 2020

Según datos recogidos por la asociación española, su homóloga internacional IATA (International Air Transport Association) prevé una pérdida del 48,4% de pasajeros para este año en España, es decir, 133 millones de pasajeros menos al cierre de 2020, lo que provocaría una pérdida de ingresos en el sector de 15.105 millones de euros y tendría un impacto en el PIB nacional de 58.303 millones de euros, lo que equivaldría a un descenso del 4,68% del PIB.

Para lo que queda de año la asociación estima que es razonable pensar que los niveles de demanda no estén por encima del 30% de lo que fue el invierno pasado.

Respecto al Brexit alertan de la necesidad de preparar una legislación adecuada en el caso de una salida sin acuerdo del Reino Unido, ya que los precios podrían incrementarse hasta unos 6 euros por pasajero “y ello supondría la puntilla a lo que sigue siendo el principal mercado emisor para España”.

María Castañeda
María Castañeda
Redactora de MERCA2 de empresas y economía; especializada en energía, sostenibilidad y turismo.