Treinta años con Robinson, la perla deportiva más brillante de Prisa

Arrancaba con mal tiempo 1987 y la nieve del pamplonica Estadio El Sadar obligó a suspender por dos veces un Osasuna-Valladolid que finalmente se jugó el 4 de febrero. Y la grada rojilla asistió a un tostón que solo tuvo un componente positivo para los navarros: el golazo de chilena de Michael Robinson a once minutos del final.

El delantero irlandés venía arrastrando mala fama, ‘cojo’ y ‘gordo’, pero demostró que venía con ganas de comerse el mundo: metió tres goles en sus cuatro primeros encuentros y sacó de la última posición a Osasuna, por aquel entonces comandado por el mítico Pedro Mari Zabalza.

UN MITO

En Pamplona se hizo querer, pero el cariño se extendió en su etapa en los medios de comunicación. Televisión Española, que a finales de los ochenta estaba renovando comentaristas, apostó por el castellano macarrónico o spanglish de ‘El Gato’.

Robinson
Robinson.

Aunque su gran oportunidad se la brindó una casa que prácticamente eclipsa en su currículum al Liverpool: el Grupo Prisa. Este multimedia apostó fuerte por Robinson gracias a Alfredo Relaño, que se inventó los deportes de la SER que derrotaron a García, el equipo del Plus que marcó una página de oro de la comunicación española y el modelo rejuvenecedor de As.

Relaño creyó en ‘Robin’, que había comentado la Premier League y el Mundial-90 en La 2 de TVE. Y fue entonces cuando comenzó su fructífera pareja con Carlos Martínez, treinta años narrándolo ‘todo’. Y poco más adelante se convertiría gracias a su desparpajo en el colaborador estrella de el primer ‘Larguero’ de De la Morena.

‘EL DÍA DESPUÉS’, ROBINSON SUPERSTAR

Robinson comentó fútbol de alto nivel en prime-time y puso rostro al que seguramente sea el espacio deportivo más selecto de la historia de la televisión española, ‘Informe Robinson’. Pero todos los aficionados al deporte le recuerdan hoy por ‘El día después’.

Y es que en aquel formato en el que entró para relevar a Jorge Valdano, que saltaba al banquillo, fue revolucionario por su capacidad de ejercer de imán para los espectadores menos futboleros ¿La clave? Un equipazo muy joven y con mucha hambre que tenía mucha guasa y muchas ganas de desdramatizar el balompié del histriónico José María García.

Robinson hizo pareja con Lobo Carrasco, primero, y Josep Pedrerol, unos años después, en las que fueron las dos etapas más populares del programa más exitoso en abierto de una cadena que se pasaba 18 horas al día codificada para la mayoría de los hogares, Canal +.

‘El día después’ rompió moldes y contribuyó a que los decodificadores de Polanco se alquilasen con fruición. Porque no había nada más atractivo para Prisa que aprovechar sus tramos en abierto para servir contenido atractivo que actuase de reclamo a los posibles nuevos abonados. Y ‘El día después’, que superaba el 20% de share en un canal que promediaba un 2%, lo hacía con soltura.

CUATRO

Jesús de Polanco creía que Canal + y Digital + podían ser buenos negocios, pero veía con envidia que las fortunas se hacían en la tele en abierto y la influencia, ámbito en el que era experto, no estaba en los minoritarios informativos de CNN+.

Por eso necesitaba Cuatro y el nacimiento del canal, tras el triunfo de Zapatero, le llevó a algunas torpezas: la prejubilación de Iñaki Gabilondo en la SER con tan ‘solo’ 63 años o el final de ‘El día después’, que murió para fusionarse con el equipo del ‘Carrusel deportivo’ de Paco González y con el humorista estrella de ‘Crónicas marcianas’, Carlos Latre.

¿Resultado? Un show sin pies ni cabeza llamado ‘Macaraná 05’ y un Michael Robinson que, ni corto ni perezoso, le dice a González que no traga con semejante esperpento y que abandona el programa tras la segunda noche de emisión.

‘INFORME ROBINSON’

Este plantón fue acogido con respeto por Prisa, que entendió que el estridente ‘Macarana 05’ no era el lugar propicio para Robinson. Y es por ello que creyó en él, otra vez, y de ahí surgió ‘Informe Robinson’, joya espectacular que tenía un hijo en la SER, ‘Acento Robinson’.

A ‘Informe Robinson’ le canta Leiva, que dice en «Electricidad» que devoraba el programa. También lo hicieron otros cientos de miles. Y es que hay algunos de sus capítulos que ponen un nudo en el estómago o desatan la risa.

Robinson
Robinson

Son muy emocionantes los capítulos dedicados a Robert Enke, portero al que solo se le vio realmente feliz el día que él sabía que iba a jugar su último partido porque sabía que se suicidaba. O el épico relato del intento de rescate del aventurero Iñaki Ochoa de Olza.

Y si tienen un día de bajón pónganse la experiencia en la NBA de Manute Bol, que se presentó un día en un entrenamiento y sus compañeros se hacían cruces al ver que repetía una y mil veces una frase de un spot televisivo.

O, si les va la acción, vean el capítulo de ‘la Lazio de las pistolas’, spaguetti western que muestra como un equipo lleno de odios se hace con el Scudetto 73-74 en un ambiente cargado de violencia. No se los pierdan.