Sin avales, no hay juego: los bancos no saben nada de Duro Felguera

Duro Felguera publicó hace un año, en la memoria de las cuentas anuales de 2018, la necesidad de obtener financiación adicional en 2019 y que mantenían conversaciones con los bancos financiadores y sus principales clientes para conseguirlo.

En la junta general (celebrada en mayo) presentaron el plan estratégico 2019/2023 y volvieron a insistir “Duro Felguera continúa gestionando su situación financiera en un entorno cada vez más complejo, pero con un objetivo claro basado en la implementación de su nuevo plan estratégico”.

Explicaban, entonces, que mantenían un “proceso de negociación constante con sus bancos acreedores” para restructurar su deuda financiera y obtener los recursos financieros y avales necesarios.

Sin embargo, los bancos acreedores (Santander, CaixaBank, Sabadell, Bankia, BBVA, Liberbank y Banco Cooperativo) explican a MERCA2 que no ha habido contacto. “No nos consta ninguna novedad al respecto” es la respuesta de la mayoría.

LOS BANCOS NO CEDEN

La compañía asturiana anunció en mayo de 2018 que había logrado el apoyo mayoritario de los acreedores para refinanciar su deuda y previó líneas de avales de hasta 100 millones de euros para nuevos proyectos.

En un principio Santander, BBVA y Bankia estaban de acuerdo en concederle nuevos avales, pero la entidad presidida por Ana Botín (que acumula el 50% de la deuda) cambió de opinión y sigue sin ceder dos años después.

Fuentes del sector comentan que la empresa tiene liquidez para sobrevivir, como mucho hasta este mes de marzo y echan la culpa de su situación financiera a una mala gestión. La posición de la mayoría de acreedores es la de no poner dinero y que lo haga un inversor. Pero a ellos no les interesa seguir dando financiación si saben que no la van a recuperar.

¿QUIÉN ENGAÑÓ A QUIEN?

El acuerdo que firmaron los acreedores con Duro Felguera consistía en que los bancos hacían una quita de la deuda de 233 millones a cambio de que la compañía hiciera una ampliación de capital y que Ángel del Valle se marchara de la presidencia.

La empresa asturiana había pedido una quita de la deuda del 100%, pero el entonces presidente se contentó con 85 millones a cambio de 100 millones de avales. Del Valle se marchó, la empresa amplió capital, pero los avales nunca llegaron.

Dos años más tarde hay una de las dos partes que sigue sin cumplir el acuerdo, la banca. Aunque tiene sus razones. En un principio estaban de acuerdo en concederlos para que siguieran desarrollando proyectos, pero exigieron un plan de negocio que no han reportado aún.

Con todo, fuentes del sector creen que lo mejor para la compañía hubiera sido tener el 100% de quita, aunque no le hubieran dado avales.

AHORA DENUNCIAN

Ya se sabía que la gestión de Ángel del Valle al frente de Duro Felguera fue tan mala que, unido a una crisis del sector, desencadenó en la pésima situación en la que se encuentran ahora. Sin embargo, no ha sido hasta hace unos días cuando el consejo de administración de la empresa ha decidido presentar una querella criminal por administración desleal y apropiación indebida contra él.

Los abogados de la compañía ven indicios de posibles actuaciones que pudieran tener consecuencias en ámbito del derecho penal.

Pero Acacio Rodríguez, que llegó a la presidencia de Duro Felguera cuando salió Del Valle, ya lo sabía. Al poco tiempo de asumir el cargo, revisó sus proyectos y descubrió un déficit de 40 millones de euros que comunicaron en las cuentas de septiembre de 2018.

Esto ocurrió apenas unos meses después de la ampliación de capital, con lo que surgió un nuevo clamor por cambiar el equipo directivo. Y así lo hicieron. La idea de la compañía era dar salida a todos los que trabajaron antes de la ampliación de capital y vivieron de cerca la mala gestión de Del Valle.

Tras esto hubo una nueva revisión de la deuda y detectaron otros 110 millones más. En total reportaron 150 millones a final de año.

¿UN BUEN 2019?

Con el equipo totalmente reformado, Rodríguez ha conseguido un beneficio neto de 10,9 millones de euros en 2019 y superar los objetivos marcados por el plan estratégico de la compañía. Aunque presentó una serie de dudas que han preferido no aclarar.

Lo que si han explicado es que al no disponer de la línea de avales a la que se comprometió la banca en 2018, han obtenido beneficios de otros contratos más pequeños o sin avales. La idea de la asturiana es conseguirlos de otros bancos, pero no lo logra porque en teoría los tiene apalabrados con sus acreedores.