Michael O’Leary: el ‘Quijote’ irlandés que impulsó Ryanair

El mes de agosto es propicio para leer, ver películas y series, escuchar música o echar un rato delante del televisor. Desde MERCA2 vamos a recomendar a los principales directivos de las empresas que operan en España algunas sugerencias para tener un verano más entretenido. En algunos casos, incluso, pueden extraer buenas ideas para el futuro…

La novela ‘Don Quijote de la Mancha’, escrita por Miguel de Cervantes Saavedra, ha logrado asentase como una obra maestra de la literatura universal y uno de los mayores embajadores de la lengua española. De hecho, ha sido traducido a más de 140 idiomas desde el siglo XVII.

Las aventuras de don Quijote a lomos de su caballo Rocinante y acompañado de su fiel escudero Sancho Panza marcaron un antes y un después en la literatura mundial. Enajenado por todos los libros de caballería que ha leído, el hidalgo Alonso Quijano decide emprender su propia historia por los campos de La Mancha como caballero andante. Realidad y ficción se entrelazan en sus volúmenes. La obra tiene tantas aristas que cada lector extrae sus propias conclusiones y se queda con anécdotas o reflexiones más profundas. Lo que no permite ninguna duda es que supuso una fuente de ideas y estilo para los escritores posteriores a Cervantes, así como una ruptura con el pasado.

Su locura provoca ternura; el lector empatiza con él a pesar de su hilarante visión del mundo. Don Quijote de la Mancha rompió con todo lo establecido para luchar por su sueño, con su verdad por encima del resto. Castillos, gigantes, un ejército de ovejas… nada logra, salvo la enfermedad previa a su muerte, hacerle caer de su realidad.

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Críticos e historiadores han escrito mucho sobre la obra de Cervantes y su influencia en la sociedad y la literatura desde el siglo XVII. Del mismo modo, el caso Ryanair es estudiado en escuelas de negocio y su modelo copiado por emprendedores de medio mundo.

RYANAIR, LA AVENTURA EXITOSA DEL HIDALGO O’LEARY

Aunque Tony Ryan fundó Ryanair en 1985, Michael O’Leary ha sido el artífice de su éxito. Como una locura de don Quijote, tras rozar la bancarrota en 1991, O’Leary decidió apostar por el modelo de bajo coste en el sector de la aviación. Propuso hacer frente a los gigantes europeos del aire (aunque la idea la tomó de la estadounidense Southwest).

Michael O’Leary conoció a Tony Ryan cuando trabajaba en Stokes Kennedy Crowley (la actual KPMG). Ryan era director de una pequeña compañía de alquiler de avionetas y O’Leary se convirtió en su asesor fiscal. Cuando fundó Ryanair, fichó a O’Leary. Entre 1991 y 1994 fue vocal de la aerolínea. En enero de 1994 fue ascendido a consejero delegado.

La figura de O’Leary ha crecido en paralelo al ascenso de la aerolínea en cuanto a pasajeros, aviones y rutas. Excéntrico como pocos, nunca dudó en insultar, reírse de los demás y soltar por su boca la primera ocurrencia que tuviera. Todavía son recordadas sus ruedas de prensa para presentar nuevas rutas. Llegó a disfrazarse de papa y de torero. Jamás alcanzará la riqueza léxica de don Quijote ni su bondadosa locura, pero siempre despertaba alguna risa en cada intervención pública. El ruido que creaba con cada exabrupto era publicidad gratuita para la aerolínea. El concepto low-cost llevado a su máxima expresión. Que pregunten a sus empleados.

Como al hidalgo manchego, a O’Leary le han golpeado con dureza. En febrero de este año Ryanair anunció que su consejero delegado, Michael O’Leary, abandonaría sus funciones actuales como gestor del día a día de la aerolínea. Pasó a dirigir una ‘supraestructura’ que incluye además de Ryanair, Lauda, Ryanair Sun y una filial británica, que ha creado para sortear los problemas derivados del ‘Brexit’, a cuyo frente estará los próximos cinco años. Quizá apartado de los focos encuentre la ficción de su realidad.