La contaminación que Madrid no ve: no son los coches, son las casas

Madrid Central, pegatinas para clasificar a los vehículos, restricciones al tráfico… Todo medidas a reducir la contaminación provocada por los coches. ¿Pero qué pasa con la polución generada por los edificios de la capital? Andimac estima que cerca del 40% de la contaminación de Madrid es fruto del envejecimiento del parque de viviendas de la ciudad.

España ha adquirido con las autoridades comunitarias un compromiso para rejuvenecer un parque inmobiliario en el que cerca del 80% de las viviendas en la Comunidad de Madrid tiene 20 años o más. Un envejecimiento que es más importante de lo que parece, porque la realidad es que estos inmuebles y sus características no cesan de generar una contaminación que además no arreglan los protocolos establecidos por el Ayuntamiento de Madrid.

Todas las medidas del consistorio de la capital se centran en los vehículos, pero mientras tanto los edificios y sus características continúan soltando a la atmósfera una gran cantidad de contaminación. ¿Por qué el nivel de contaminación no se reduce de manera drástica después de activar los protocolos del Ayuntamiento de Madrid?  Sencillo, porque los coches son sólo una parte de todo lo que ‘escupe’ el ciudadano al cielo de la capital. Por este motivo, sería importante centrarse también en los otros protagonistas de esta película: los edificios.

[td_block_11 custom_title=»» separator=»» post_ids=»76036″ limit=»1″ css=».vc_custom_1496993590403{border-top-width: 1px !important;border-right-width: 1px !important;border-bottom-width: 1px !important;border-left-width: 1px !important;padding-top: 5px !important;padding-right: 5px !important;padding-bottom: 5px !important;padding-left: 5px !important;border-left-color: #000000 !important;border-left-style: solid !important;border-right-color: #000000 !important;border-right-style: solid !important;border-top-color: #000000 !important;border-top-style: solid !important;border-bottom-color: #000000 !important;border-bottom-style: solid !important;border-radius: 4px !important;}» tdc_css=»»]

En este sentido, ya hay algunas administraciones que se han puesto manos a la obra para atajar cuando antes este problema. Para ello Andimac anima a la Comunidad a facilitar a los hogares el acceso directo a unos fondos de los que podrían beneficiarse más del 86% de las viviendas madrileñas: 1,9 millones de las casi tres millones que integran el parque inmobiliario autonómico.

De forma paralela, otra línea de ayudas abierta es la que incluye el Plan MAD-RE para impulsar la regeneración de la ciudad. Pues bien, la convocatoria de 2018 tiene dos plazos, y el segundo de ellos abarca el último cuatrimestre de este año, pudiendo alcanzar los fondos los 100 millones de euros.

Estas ayudas también contribuirán a que edificios y viviendas se ajusten a los nuevos estándares de la edificación sobre condiciones térmicas y energéticas, especialmente importante tras la aprobación del ‘Paquete de Energía y Clima’, que desgraciadamente no incide en la contaminación que generan los edificios, quienes -como grandes ‘depredadores de energía’- causan hasta un 40% de las emisiones que se registran en las grandes ciudades. En este apartado, sería importante abarcar la gran cantidad de contaminación que emiten las calderas. De hecho, es muy fácil comprobar como los niveles de polución suben a última hora de la noche, cuando hay muchos menos coches circulando por la ciudad.

Para alcanzar estos objetivos es necesario una dinamización del sector de la reforma, que pasa por impulsar una serie de medidas de corte fiscal, como recuperar la deducción de IRPF por rehabilitación de vivienda habitual en el tramo estatal y autonómico –que se eliminó en 2013-, lo que podría favorecer a unos 200.000 hogares y serviría para aflorar buena parte de la actividad sumergida que persiste en el sector. Otra medida efectiva sería la rebaja del IVA de los materiales al 10%, tal y como tributa la mano de obra, puesto que contribuiría a que los hogares ahorraran 2.000 millones de euros en reformas.

Al mismo tiempo, es importante seguir impulsando la figura del asesor técnico en reforma, así como la creación del Código Técnico de la Reforma (CTR) que, al igual que el Código Técnico de la Edificación (CTE), marque las pautas por las que debe regirse la reforma desde el punto de vista técnico y constructivo y cubra el vacío que deja el CTE, que únicamente se dirige a la vivienda nueva.

A pesar de estas trabas administrativas, se estima que cada vivienda madrileña gastará este año 750 euros en obras de mantenimiento y mejora, es decir, un 1,85% más que en 2018, según datos del Observatorio 360 de la Reforma publicados por Andimac, la patronal de la reforma, con motivo de rehabitar, que celebra IFEMA del 22 al 24 de marzo para concienciar a los ciudadanos de un mayor y mejor culto al hogar.

Asimismo, prevé que el volumen de negocio del sector de los materiales de construcción para la reforma escale este año en la Comunidad de Madrid un 2,6%, hasta los 2.265 millones de euros.

No obstante, la patronal ha tenido que corregir a la baja sus previsiones iniciales, después de que el rechazo de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) pueda bloquear las ayudas que contempla el Plan Estatal de Vivienda 2018-2021, que por primera vez recoge fondos para las reformas interiores de las viviendas, y no sólo para la rehabilitación exterior de los edificios.