El secreto del portazo de Paolo Vasile a Uteca: Blas Herrero es la excusa

Blas Herrero, listo y hecho a sí mismo, se frota las manos cada vez que se avecinan elecciones: en octubre de 1989, cuando el PSOE estaba a tres meses de conseguir su tercera mayoría absoluta consecutiva, su empresa se llevó 25 postes de FM del concurso gubernamental tutelado por Alfonso Guerra. 

Luis del Olmo denunció «amiguismo y arbitrariedad» al comprobar que sus negocios estaban centrados en el tratamiento y envasado de leche asturiana, Ram. Treinta años después el mítico locutor lo entendió todo al ver las fotos de los invitados en la boda de la hija de «El Lechero»: de Álvarez-Cascos a Rodríguez Ibarra.

En marzo de 2004, unos días antes del triunfo de Zapatero, la Justicia dictaminaba que Telefónica debía abonar más de 200 millones de euros a Blas Herrero por un acuerdo insólito logrado por Kiss FM que firmó torpemente para Onda Cero un tal Ignacio Baeza, posteriormente fichado por «El Lechero».

Octubre de 2015. Faltan tres meses para las generales y el PP reparte licencias de TDT. Y el ganador, entre otros, era… Blas Herrero, que tenía a sueldo al marido de María Dolores de Cospedal, Ignacio López del Hierro, disfrutón de 12.000 euros mensuales por asesoramientos varios.

Ahora se acercan elecciones de nuevo y Herrero vuelve a actuar. En este caso con su televisión, que en realidad emite una colección de programas de Discovery. En abril de 2016 comenzó a emitir DKISS, complemento femenino a DMAX. Siete meses después el canal se integró en Uteca, patronal televisiva lanzada por Telecinco y Antena 3 en 1998. Y el negocio no llegó.

Por eso Herrero buscó otras vías: dejó de ser editor gracias a un alquiler encubierto a Discovery, sin que la CNMC pusiera un ‘pero’, lanzó en marzo de 2017 la Asociación Española de Televisiones Privadas Digitales Terrestres para competir contra Uteca (pero sin abandonarla) y en mayo del pasado año se personó en el procedimiento de la CNMC contra Mediaset y Atresmedia por un supuesto pacto de precios que este año previsiblemente acabará en cornada económica para ambos gigantes.

El pasado verano Uteca, molesta por la nueva asociación, modifica los estatutos para echar al dueño de DKISS, él se revolvió y Mediaset acaba de señalar que abandona la patronal televisiva por las «profundas diferencias con los asociados» provocadas por un nuevos socios que entraron «no tanto a un ánimo de dinamizarla, como a un deseo de desestabilizarla».

VASILE DA PORTAZO LA UTECA

Vasile da portazo a Uteca, pero algunos recuerdan que Alejandro Echevarría (actual presidente de Mediaset que ocupó durante una década en el mismo puesto el lobby catódico), abrió las puertas a Herrero para entrar en la agrupación.

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Paolo Vasile, consejero delegado de Mediaset

Es curioso que solo dos meses después de que Echevarría dejase con honores Uteca, Mediaset haya salido por voluntad propia. Recuerden que desde diciembre otro hombre de consenso ocupa el cargo, Eduardo Olano (director de Atresmedia Publicidad).

¿Se ha dejado Mediaset doblar el brazo por un «editor» que obtuvo en febrero un pírrico 0,8% de share? En realidad Paolo Vasile tiene serias dificultades en participar en cualquier asociación o evento que no controla.

Recuerden que en 2011, cuando a Echevarría le tocaba dejar el puesto, el CEO italiano dinamitó una candidatura alternativa con una frase lapidaria: «José Miguel Contreras en Uteca es como si Gadafi fuera presidente de la OTAN».

No es la primera vez que Vasile se marcha de forma drástica de un sitio que no le ríe las gracias: dejó el EGM porque los números no le gustaban, se marchó de la Academia de la TV cuando no le premiaba, del FesTVal de Vitoria por el mismo caso y echó un pulso a Youtube durante una década.

La Uteca con su adiós ha entrado en un periodo de reflexión. En la casa todavía recuerdan cuando en abril de 2014 Mediaset, enfadada porque TVE le ganó una subasta de los partidos de la selección española, motivó un comunicado de la patronal para protestar porque la Corporación Pública «rompe el mercado». Entonces Vasile no se enfadaba.

Es posible que Uteca siga su camino porque quedan varias reivindicaciones pendientes, especialmente dos: el dividendo digital y la simetría normativa: Youtube, Amazon, HBO o Netflix tendrán que tener los mismos derechos y obligaciones que las cadenas tradicionales.

Fuentes cercanas a Mediaset explican a MERCA2 que «no hay intenciones de crear una nueva asociación para dejar fuera a DKISS». Es decir, que no se han marchado porque no los pudieron echar y no lanzarán un nuevo proyecto para sortear a los estatutos.

BLAS HERRERO Y SU OBJETIVO ETERNO

A Blas Herrero no le van bien los medios: Radio Blanca, que agrupa a DKISS o Kiss FM, perdió 4,8 millones de euros en 2017. Las cuentas de 2018 tampoco son para tirar cohetes: su radio perdió un 6,5% de facturación según Infoadex (7,2 millones de euros de ingresos) y la tele creció desde los 11,6 millones de 2017 hasta los 15 del pasado año (cifra que sigue siendo insuficiente para ser viable).

DKISS, que apenas crea empleo, que no construye industria y que basa su programación en importar toneladas de docu-realities estadounidenses de dudoso gusto, quiere conseguir en los juzgados lo que no logra en el mercado. Por si la flauta de Telefónica en 2004 vuelve a sonar.

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Blas Herrero sigue con su pulso a Uteca.

De su pequeña asociación de TDT se acaban de marchar Vocento, Trece y TEN, el 50% del equipo. A DKISS e quedan TEN y Real Madrid TV, tres cadenas que en lo que llevamos de mes suman un gris 1,5% de share. Parece poco para hacer negocio. Y menos para echar a Vasile de su propia asociación.