El interés de Fridman por DIA reaviva la trama “criminal” en ZED

El magnate ruso Mikhail Fridman, propietario del 29% de DIA, siempre se rodea de hombres de confianza para llevar a cabo sus planes. Su interés por comprar DIA despierta las tramas más oscuras de su trayectoria empresarial. Así, una investigación de la Unidad Central de Delincuencia Especializada y Violenta (UCDEV) y la Brigada de Investigación del Blanqueo de Capitales y Anticorrupción a la que ha tenido acceso MERCA2 demuestra que en su asalto a la española ZED utilizó a Peter Nicholas Wakkie para disfrazar su entramado “criminal”.

El análisis e investigación de la Policía –fechada el 10 de mayo de 2017– relata cómo Fridman montó toda una red criminal conocida como “reiderstvo”, es decir, asalto o absorción ilegal de una empresa –detallada ya por MERCA2– que estuvo detrás de la caída en desgracia de la empresa española ZED+. Extorsión, amenazas, bloqueos, dependencia crediticia y acciones judiciales fueron algunas de las prácticas que el informe relata que emplearon; ya avanzado por ‘El Confidencial’.

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Ilustración utilizada en la investigación policial sobre ZED y su relación con Fridman (Reiderstvo).

Todo ello llevó a la asfixia económica de la empresa. El 30 de junio de 2016, ZED presentó concurso de acreedores, momento que aprovechó Fridman a través de Letterone para lanzar una oferta de compra por un importe muy bajo: 20 millones.

Pero para llegar a este punto, hay una figura que juega un papel muy importante: el hombre de confianza de Fridman, Wakkie. En 2014, fruto de las resoluciones judiciales y de la salida de Javier Pérez Dolset (fundador de ZED) del Consejo de Administración, Wakkie se convirtió en administrador de ZED “con facultades decisorias plenas, aceptadas de forma voluntaria por ambas partes del conflicto (la española y la rusa)”, apunta la investigación. De hecho, su misión era clara: “garantizar la supervivencia y viabilidad de ZED”. Y hasta marzo 2015, realizó dicha función.

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Sin embargo, Wakkie fue detenido e imputado por la Fiscalía Anticorrupción en enero de 2017 al ser considerado la mano derecha de Fridman en ZED+. Se le acusa de haber obstruido la entrada de un inversor chino en la compañía –lo que hubiera permitido salvar a la empresa– y favorecer los intereses de Letterone (la firma inversora de Fridman).

VÍNCULOS DE WAKKIE CON FRIDMAN

¿Qué ocurrió en esos dos años? Es partir de marzo de 2015 cuando Pérez Dolset denuncia –como se mostró en un informe presentado a la Fiscalía el 12 de enero de 2017– que existían indicios que vinculaban la figura de Wakkie con la de Fridman. El informe policial demuestra esta relación. El abogado holandés figura inscrito como presidente de la sociedad Highland Marine Stichting (HMS) en 2015. Dentro del consejo de esta sociedad se encuentra Edmund Browne, quien también es consejero de Letterone.

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Ilustración utilizada en la investigación policial sobre las relaciones y vínculos de pesión sobre ZED por parte de Fridman y su entramado empresarial.

Así, se establece un conflicto de intereses que Wakkie llegó a reconocer en una Junta de la empresa española. De hecho, según el informe se pusieron de manifiesto “varias irregularidades de las que Wakkie habría cometido a favor de la parte rusa y, por tanto, favoreciendo todo el plan criminal orquestado por Fridman y sus socios”.

La declaración de Wakkie en calidad de detenido en enero de 2017 ante la Fiscalía Especial Contra la Corrupción y la Criminalidad Organizada no esclareció el hecho de que Fridman le colocase directamente como árbitro y, en paralelo, le ofreciese un negocio lucrativo a través de HMS. Sin embargo, si demostró que “permanecer como ejecutivo en una sociedad de la que recibe una contraprestación lucrativa, directamente vinculada a Fridman, implica una imparcialidad en este caso imposible”.

Por otro lado, el informe policial destaca que el punto álgido de las presiones ejercidas sobre ZED “llegó con la interrupción de los pagos de dividendos por parte de las filiales rusas, lo que provocó una falta total de liquidez”, junto con el fin de los contratos de ZED con Vimpelcom (empresa también propiedad de Fridman). Hecho que coincidió con la toma de control de la empresa española por parte de Wakkie.

LETTERONE QUIERE COMPRAR ZED

El 20 de octubre de 2015, el consejero delegado de Letterone, Alexey Reznikovich, envía una carta a Wakkie para confirmar el interés de la empresa por comprar ZED, llegando incluso a asegurar que estaban negociando con los bancos, tal y como aporta la documentación policial. Algo que el hombre del magnate niega, pero que las pruebas demuestran.

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En junio de 2016, ZED declara el concurso de acreedores. En octubre de ese mes, llegó la oferta de compra por parte de Grupo Planeta (que invirtió en ZED en 2012 y perdió 120 millones de euros fruto de la pérdida de valor) y Bambalia (empresa dirigida por otro de los hombres de Fridman). Finalmente, la propuesta de los acólitos del magnate (Vladimir Turovetskyi y Vag Engibaryan) se concretó en 20 millones de euros.

Una cifra calificada de “irrisoria” y que recuerda a la pérdida de valor de la cadena de distribución DIA desde la entrada del magnate ruso en su accionariado. El 28 de julio de 2017, DIA vivió uno de sus últimos momentos de gloria en la Bolsa al cerrar la sesión con un precio 5,58 euros por acción. A cierre de la sesión del martes 26 de febrero de 2019 el precio de la acción era de 0,57 euros. La pérdida de valor en capitalización es de 3.118 millones de euros. De hecho, la opa lanzada por el ruso el 5 de febrero se hizo a un precio de 0,67 euros por acción. Por tanto, la cantidad total máxima que desembolsará será de 296.098.339 euros.

PAPEL CLAVE DE WAKKIE

Además, la investigación policial también revela que Wakkie es acusado de estar influenciado por Fridman y que su papel en ZED se centra en favorecer el “objetivo criminal” planteado y procurar “absoluta impunidad de todas las actividades ilícitas de la parte rusa”. Sus vínculos y la falta de imparcialidad son, de esta forma, evidentes. Por lo que este abogado fue determinante en la trama que hundió a la española ZED.

Así, una de las conclusiones del informe asegura que “parece bastante claro, que, si el entramado criminal ruso no hubiera desarrollado todas las acciones ilícitas en contra de su socio español, independientemente de encontrarse con mayor o menor grado de beneficio y crecimiento condicionado por muchos factores, el grupo ZED no hubiera sufrido la caída en picado del negocio hasta la situación de insolvencia”.