El réquiem de Juan Rosell y el rock and roll de Antonio Garamendi

Curioso cuanto menos que Juan Rosell, antes de su despedida como presidente de la CEOE, escuchara en los altavoces un réquiem. Dos horas después Antonio Garamendi, su sucesor, elegido por aclamación, llegó al atril bajo los acordes de una canción de Bob Dylan interpretada por Phil Collins. Música antigua y música moderna. Pasado y presente.

La música no sólo ablanda a las fieras sino que también es un signo del estado de ánimo de las personas. Y calmado, sosegado y con el alma tranquila, Juan Rosell se despidió de quienes habían estado bajo su batuta durante los últimos ocho años. Lo que no fue óbice para que tirara algún que otro mensaje.

El primero, a los políticos. A esos que, en su mente, sólo tienen mensajes cortoplacistas, sin madurar. “Ocurrencias” como las llegó a definir. Personas que únicamente se miran el ombligo en beneficio propio y no en el de la comunidad.

“Hasta cuando no he dicho palabras he sido víctima de ataques”, se lamentó Juan Rosell

También se defendió frente a aquellos que no dudaron en atacarle sin razón: “Hasta cuando no he dicho palabras he sido víctima de ataques”. Todo un mensaje a quienes le ‘apuntaron’ por su mano blanda o indefinición frente al independentismo catalán (visita a Junqueras a la cárcel incluida). Resquemor.

No aterrizó en la CEOE en el mejor momento (su sucesor Gerardo Díaz Ferrán sigue entre rejas) pero quiso dignificar la labor empresarial desde el primer día. Tuvo que reducir la estructura de la institución a la mitad. “Un esfuerzo nada fácil porque afectaba a personas”, se lamentó. Y acabó calificando su balance como “correcto”. Aprobado.

GARAMENDI Y EL DIÁLOGO SOCIAL

En el programa electoral de su anterior intento de asaltar la presidencia, Antonio Garamendi ya dejó claro que la CEOE “no somos un grupo, ni un lobby, ni una sociedad elitista. Las organizaciones empresariales deben ser independientes y, en ningún caso, manifestar silencios cómplices con ningún gobierno”. Independencia, credibilidad y coherencia. Tres ejes a los que añadir otros dos: autoridad e influencia.

Antonio Garamendi quiere empezar su particular Plan Renove por el tejado, metafóricamente hablando, . Por la planta octava de la CEOE, esa que está decorada con mármoles. No quiere lujos, ni ostentación. Quiere bajar a la arena, salir del despacho. Y pisar la alfombra roja, cuando proceda, para defender a los que no la pueden pisar, «que son mayoría».

«Somos líderes del diálogo social y creemos en el diálogo abierto”, afirmó Antonio Garamendi

Utilizando una frase de un conocido suyo, Antonio Garamendi subrayó que “la paz social es la mayor infraestructura de un país. Somos líderes del diálogo social y creemos en el diálogo abierto”. Y puso como ejemplo las 5.000 mesas abiertas con sindicatos. “Todo debe trabajarse en común”, indicó.

No como la decisión unilateral del Gobierno de subir el Salario Mínimo Interprofesional. “No nos ha gustado no por lo cuantitativo, sino por lo cualitativo, porque se nos ha orillado a trabajadores y a empresarios”, dijo. Y puso deberes al Gobierno: “Es fundamental que las instituciones públicas se pongan al día en la contratación pública. Tienen que subir a la vez dichas instituciones porque, si no, las empresas entrarán en quiebra”.

¿Cómo será la CEOE que pretende guiar? “Necesitamos más participación desde abajo. Necesito que tengáis espíritu y me lo transmitáis”, imploró a los presentes. Porque se trata de una institución inclusiva, como la definió, donde cabe todo el mundo.

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También subrayó que hay que convencer a la sociedad de que hay que potenciar la creación de empresas. “Los jóvenes empresarios tienen que animar a otros jóvenes a emprender. Ellos van a ser la punta de lanza de la CEOE. Faltan más hombre y mujeres empresarias para crear más empleo”, sostuvo. “Es clave que los legitimemos y los honremos. Hay que poner en valor la figura del empresario”, añadió.

¿Entrará como un elefante en una cacharrería? “Más que en la revolución creo en la evolución”, manifestó. Y para dar ese paso hace falta más cultura del esfuerzo y una mejor educación. Porque hay puestos que demandan las empresas que no se cubren porque no hay candidatos adecuados, por ejemplo. “No hay que abandonar la formación continua. Los primeros, los empresarios”, acotó.

Internacionalización y sostenibilidad, lucha contra la economía sumergida, contra el fraude y política de género también serán sus prioridades. En este último punto, y según recogen los Estatutos de la patronal, cabe la posibilidad de incorporar cinco personas al comité ejecutivo. Y serán cinco empresarias. El movimiento, para Garamendi, se demuestra andando.

Por último, y ante la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, lanzó un salvavidas a la industria del automóvil, en la que están en juego tres millones de empleos en España, y que está viendo cómo se le abren vías de agua en su casco por la decisión del Ejecutivo de ‘penalizar’ al diésel.

Esta será la CEOE que veremos ‘bailar’ a partir de ahora y durante los próximos cuatro años. Una patronal que, en voz de Antonio Garamendi, quiere “una España moderna integrada en Europa, en una unión económica, social y política. Una España a la que nos invita el rey, y a la que seguiremos defendiendo dentro de la ley. Es la España constitucional. Lealtad a la Corona y a Felipe VI, rey de España”. Lealtad con las instituciones, con el país y con el Gobierno. Rock and roll.