Google, Facebook, Twitter… los ‘policías de internet’ para evitar la piratería

La estrategia es simple: si no sabes cómo solucionar un problema, haz que otras personas se involucren. Algo así le sucede a la Unión Europea, que ante su incapacidad para afrontar los problemas de copia de contenidos y piratería, quiere que sean las grandes compañías quienes se mojen. De este modo, Google, Facebook o Twitter deben asumir un papel más proactivo en estos asuntos. El dilema es: ¿hasta dónde deben llegar?

El lío en cuestión empezó el pasado mes de septiembre. La Comisión Europea publicó un conjunto de directrices para abordar el siempre polémico asunto de los contenidos ilegales en internet. Algo que en los últimos años afecta a los titulares de derechos de autor sobre miles de obras cuyo contenido se piratea en cientos de plataformas online.

En concreto, fue el propio presidente de la CE, Jean-Claude Juncker, el que anunció las medidas. Todo ello dentro del marco de reformas del Mercado Único Digital, que viene desarrollándose durante los últimos años.

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Todo esto no tendría mayor repercusión de la habitual si no fuera por un artículo concreto de esta propuesta. La clave está en el ‘13’. Dicho de manera clara: la CE quiere que empresas como Google, Facebook, Twitter o Youtube se conviertan en “policías de internet”. Su misión será detectar de manera proactiva las posibles infracciones que se cometan sobre obras protegidas con derechos de autor cuando alguien la suba a este tipo de plataformas.

¿Qué sucede actualmente con Google, Facebook…?

Ahora mismo se puede coger una foto de alguien con derechos de autor, hacer un pantallazo y subirla a cualquier red social. Da lo mismo que sea Facebook o un gestor de blog de Google, lo que sea… no hay problema. También es cierto que si alguien sabe de esta circunstancia lo puede denunciar, y el material debería ser retirado.

Pues bien, el objetivo que promueven desde Bruselas, sin que sea imperativo legal, es que las plataformas tecnológicas sean proactivas a la hora de vigilar estas circunstancias. Para ello deberán hacer comprobaciones del contenido subido, así como hacer cotejos con bases de datos de material protegido.

¿Qué exigencias hay para las empresas?

Con las exigencias concretas surgen los problemas. Entre otras cosas, Europa exige a los Google, Facebook y compañía que integren en sus plataformas mecanismos accesibles para que los propios usuarios puedan alertar con facilidad sobre la existencia de material ilícito. Además, tienen que invertir en el desarrollo de tecnologías que permitan denunciar de manera automática este tipo de piratería.

Por otro lado, deben eliminar con rapidez el material que se haya registrado como indebido; y no solo eso, sino que deben explicar con claridad a los usuarios las condiciones generales de sus contenidos y elaborar informes de transparencia que incluyan el número y la tipología de las comunicaciones recibidas.

Y como colofón, deben tomar medidas contra quiénes publican de manera continua las publicaciones prohibidas.

Aquí empieza el conflicto

Sobre el papel todo parece bastante lógico. Hay gente que tiene derecho a hacer con sus contenidos lo que quiera, y protegerlos es necesario. ¿Pero hasta qué punto debe llegar esa protección? ¿Cómo saber que las empresas y organismos públicos no se exceden en esa labor?

Estas preguntas han llevado a la suspicacia. Por ello, diversos grupos con el foco puesto en los derechos digitales creen que esta proactividad “obligada” socavará los derechos de los usuarios. Y, de cara a las empresas, sobre todo a las que no tienen el tamaño de Google o Facebook, les supondrá una inversión que a lo mejor no tienen.

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Así pues, ha llegado el turno de la respuesta a la CE. Se ha hecho mediante carta abierta, y los encargados de firmar han sido Civil Liberties Union for Europe (Liberties) y European Digital Rights (EDRi) , Electronic Frontier Foundation (EFF) , Human Rights Watch, Reporteros sin Fronteras y Open Rights Group (ORG), entre otros.

Son muy claros al exponer que si de verdad las compañías tecnológicas tienen que hacer todo eso, será un ataque a los derechos digitales de los internautas. Sobre todo temen que finalmente las propuestas se conviertan en ley, y Google, Youtube, Facebook y demás quieran cuidarse las espaldas y empiezan a expurgar más contenidos de los necesarios. Además, estas organizaciones alegan en su carta que se creará una cierta inestabilidad jurídica para las empresas, puesto que en ocasiones es difícil delimitar temas como la propiedad intelectual y los derechos de autor.

Una polémica que no cesará

Este nuevo revuelo en torno a la piratería y los derechos de autor solo es eso, uno más. Y todo hace pensar que no tendrá una resolución sencilla. De hecho, también el pasado mes de septiembre, se descubrió un informe publicado por la CE en el que se decía que, realmente, la piratería no causa un efecto directo sobre el balance económico de las empresas.

Pero todo es una contradicción en sí misma, y así se aprecia la problemática de la situación. “En general, los resultados no muestran evidencia estadística sólida de un descenso de las ventas por la infracción online del copyright. Esto no significa necesariamente que la piratería no tenga efecto, sino que atendiendo a los análisis estadísticos no se puede probar que lo haya”, concluía el informe.

Ni sí, ni no, ni todo lo contrario. La piratería genera un problema conceptual bastante grande. Cuantificarla es imposible. Combatirla, también. De ahí que la Comisión Europea piense que lo mejor es pasar la patata caliente a gigantes como Google y Facebook, y que sean ellos los responsables. Habrá que ver cómo sale el experimento.

Raúl Masa
Raúl Masa
Ex Coordinador de redacción y redactor de empresas y economía; especializado en telecomunicaciones, tecnología y energía.