La sombra del montaje económico persigue a Alaska y Mario

Tras compartir reality-show, escenarios y colaboraciones radiofónicas, Alaska y Mario Vaquerizo se zambullen ahora en una obra de teatro: El amor sigue en el aire en el aire, que protagonizan Manuel Bandera y Bibiana Fernández. No sabemos si la singular pareja grabará la quinta temporada de su reality-show para MTV, programa en el que se supone que este dúo se deja conocer y gracias al cual dispararon sus cachés.

El gran negocio de Alaska y Mario

Según publicó La Otra Crónica de El Mundo, el matrimonio goza de unos ingresos anuales que rondan los tres millones y medio de euros. Y así se reparten: 40.000 euros por bolo conjunto de Fangoria y las Nancys Rubias, que rondan las setenta actuaciones anuales. La pareja también ganaría alrededor de 20.000 euros por cada capítulo grabado para MTV y Mario además se embolsaría 18.000 euros adicionales por su faceta de DJ. A estas cantidades habría que sumar colaboraciones televisivas y radiofónicas, libros, portadas en revistas del papel couché, entrevistas en el Deluxe, etc.

Fangoria y las Nancys Rubias actúan a cambio de 40.000 euros, cifra nada desdeñable en tiempos de crisis


¿Montaje a la vista? 

Todo un negocio muy rentable para ambos, que sufren de vez en cuando los palos de ciertos sectores de la prensa por el supuesto montaje de su relación. El más explícito fue el fallecido activista Shangay Lilí, molesto porque Vaquerizo protagonizó el pregón del día del Orgullo Gay en A Coruña, entonces gobernado por el PP.

Y Shangay analizó su fichaje: «No es casual la promoción, apoyo y protagonismo que el PP le da al marido de Alaska, Vaquerizo representa a la perfección el tipo de gay que el PP quieren imponer: reprimido, casado con una mujer, sumiso, divertido bufón y cómplice de la homófoba Iglesia. Un absurdigay, vaya. Para los que quieran cuestionar mi presunción de homosexualidad, baste leer los encajes que tiene que hacer para justificar su sexualidad: «Soy bisexual teorico», acaba diciendo en esa entrevista. Ese es el juego que oportunistas como Mario Vaquerizo juegan: colaboracionistas que miran para el otro lado cuando los cristofascistas acosan, persiguen o humillan a cualquiera que no se someta a su hipocresía. Ese intento de hacer pasar por mera frivolidad divertida su apoyo a medios ultrahomófobos como la COPE o a gurús del odio como Cristina López Schlichting o Losantos, es un negocio rentable».

Según Shangay Lilí, Vaquerizo ejerce de bufón para medios supuestamente reaccionarios

¿Promociona Vaquerizo la anorexia?

Y el activista continúa su linchamiento en Público: «Pero no consigue pagar la endohomofobia de quién, como Vaquerizo, sufre de una obsesión por encajar en lo “guapo”, lo “cool” o lo correcto al precio que sea. Una obsesión que le ha llevado a prácticamente promocionar la anorexia o una extraña dieta a base de cervezas que más de uno tildaría de puro alcoholismo… pero tiene la aprobación del amo heterosexual que es lo importante. Bueno, y dinero, y fama, y a muchos desconocidos trotando a su alrededor que no le dejan estar a solas y pensar un solo segundo. Como ya dije una vez, lo que me preocupa no es él, sino esa cohorte de adolescentes que acaban creyéndose la mentira y cayendo en adicciones y problemas que a veces nunca superarán. Lo he visto en persona porque tengo el dudoso placer de conocer personalmente a Mario de un par de fiestas privadas. No puedo responsabilizar a Mario de las decisiones de otros, pero sí de colaborar en esa glamurización de la estupidez autodestructiva en la que vivimos: no me hagas pensar, entretenme y hazme adicto a la aprobación de mi verdugo. Las nuevas generaciones cada vez tienen menor resistencia al adoctrinamiento corporativo y prácticamente ningún pensamiento crítico».

¿Se cortó Vaquerizo? Para nada, ya que en Vigo se dejó ver en las fiestas locales en las que no se ahorró elogios a favor del alcalde socialista Abel Caballero. ¿Gratis? Para nada, tan solo a cambio de 22.000 euros.